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Guía vegetariana para una dieta infantil

Guía vegetariana para una dieta infantil

Las proteínas no tienen por qué ser un problema en la alimentación que restringe el consumo de comida de origen animal. Pero hay que saber compensarlo y no descuidar tampoco la cantidad de grasas ingeridas

redacción

Lunes, 20 de febrero 2017, 13:18

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Los niños con una dieta vegetariana o vegana sin el suficiente conocimiento y orientación médica por parte de sus padres puede tener una influencia negativa en el crecimiento, según la Academia Americana de Nutrición y Dietética que ratifica, sin embargo, que si la dieta está bien planificada son perfectamente adecuadas y saludables para niños de todas las edades.

«La información es un aspecto necesario para contribuir a que los niños vegetarianos y veganos tengan todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y normal desarrollo», asegura la doctora Martínez Biarge, pediatra del Department of Paediatrics del Imperial College NHS Trust- Hammersmith Hospital de Londres (Reino Unido), durante su ponencia Niños vegetarianos, ¿niños sanos?», organizada por la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap). «Es importante prestar especial atención a la alimentación vegetariana o vegana en cada una de las diferentes edades».

La diferencia entre una dieta vegetariana y un vegana puede ser sutil pero abismal en cuanto a los nutrientes ingeridos: en el primer caso, no se consume carne, pescado, marisco o cualquier producto elaborado con ellos, pero sí se comen derivados animales, como huevos, lácteos o miel. Los segundos rechazan incluso esos derivados de origen animal.

Para que la alimentación sea adecuada, conviene prestar especial atención a ciertos nutrientes y seguir la siguiente guía básica, explicada por la experta:

Proteínas: en la alimentación vegetariana y vegana las mejores fuentes de proteínas son las legumbres y los frutos secos y semillas, que deben estar presentes en la dieta a diario. «En una dieta sin alimentos de origen animal, las proteínas no tienen por qué constituir un problema».

Grasas: son muy importantes en la alimentación infantil y ninguna dieta debería restringirlas. Las mejores fuentes de grasas en las dietas vegetarianas o veganas son los frutos secos y las semillas, los aguacates y el aceite de oliva.

Calcio: en los primeros 2 años los bebés obtienen el calcio a partir de la leche materna o de fórmula; en los mayores de 2 años, además de productos lácteos, otras buenas fuentes de calcio son las verduras de hoja verde, el tofu, las leches (y yogures) vegetales enriquecidas y las legumbres. Los niños (vegetarianos o no) que no se expongan al sol regularmente pueden necesitar suplementos de vitamina D.

Vitamina B12: sólo se encuentra de forma natural en los alimentos de origen animal, por lo que, aunque los productos lácteos y huevos, así como los alimentos enriquecidos aportan pequeñas cantidades de esta vitamina, se recomienda que todas las personas vegetarianas y veganas tomen un suplemento semanal de vitamina B12.

Lactantes: especial apartado merecen los bebés que se alimentan de la leche materna. «Es importante asegurarse de que estas madres tomen un suplemento regular de vitamina B12 y yodo, advierte la doctora Martínez. «Los alimentos sólidos se pueden introducir de la misma manera que para los niños no vegetarianos, a partir de los 6-7 meses, reemplazando la carne por productos como lentejas, garbanzos, guisantes o tofu». A partir de los dos años de edad, la alimentación debería parecerse a la del resto de la familia, dependiendo el número de raciones de la edad, los niveles de actividad física o las características personales de cada niño.

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