Torrevieja coloca en el paseo Juan Aparicio carteles contra el 'top manta'
El Ayuntamiento alerta a los viandantes de que la compra de productos en puestos de venta ambulante no autorizados está sancionada con 200 euros en la Ordenanza de Convivencia Ciudadana
Nuevo capítulo en la guerra del Ayuntamiento de Torrevieja contra el 'top manta'. Este jueves, los viandantes que paseaban de un lado a otro del paseo marítimo Juan Aparicio se detenían frente a un cartel y su telegráfico mensaje. Rezaba lo siguiente: «No compra ilegal. Multa de 200 euros». Cortita y al pie, que se diría en términos futbolísticos. Esta es la nueva iniciativa que ha emprendido el Consistorio para intentar atajar un fenómeno que se le resiste y que, ya desde hace años, escapa al control de todos los equipos de gobierno que se han sucedido en la casa consistorial de la plaza de la Constitución.
El cartel -si es que a alguien no le termina de convencer el contundente mensaje- aporta la explicación en letra pequeña. «Artículo 28.3 de la Ordenanza de Convivencia Ciudadana: Se prohíbe la compra o adquisición en el espacio público de alimentos, bebidas y otros productos procedentes de la venta ambulante no autorizada». Esta misma semana, el propio Ayuntamiento publicaba un mensaje en términos similares en sus redes sociales.
De momento, uno de estas llamativas señalizaciones se ha ubicado frente a uno de los espigones de las populares piscinas 'naturales' del también conocido como paseo de las Rocas, en concreto, muy cerca de la escultura del abrazo que recuerda a la víctimas de la pandemia. Por el momento y en este primer día, los propios 'manteros', pese a que sus potenciales clientes se detenían a leer con atención y comentar entre ellos la nueva jugada del Ayuntamiento, todavía no se han percatado de la presencia de estos carteles de boicot a su perseguida actividad económica.
Según ha podido saber LA VERDAD, la intención del Ayuntamiento no queda ahí. La intención es multiplicar este número de carteles por todos aquellos puntos del paseo que son frecuentados por los 'manteros'. Y es que el fenómeno en los últimos años, lejos de disminuir, va a más. Mayoritariamente ejercido por inmigrantes senegaleses, espacios como los adyacentes al monumento al Hombre del Mar son un continuo de sábanas blancas tendidas en el suelo y el ambiente cada vez, más que al de un espacio de esparcimiento, se asemeja al de un bazar o un zoco.
El Consistorio es consciente de las quejas, recurrentes todos los veranos. Todas en sentidos similares. Sobre todo por tramos enteros de paseo en los que las terrazas de restaurantes, tiendas y heladerías se juntan con los productos falsificados dejando espacios a todas luces insuficientes para transitar sin continuos parones y sin rozarse constantemente con el prójimo. Todo, además, cuando el calor aconseja que corra el aire. Unas denuncias a las que, además, se suman vehementes los comerciantes, que ven en esta actividad una práctica ilegal que merma sensiblemente sus ventas y que se realiza, por otra parte, sin correr con los gastos de un local y, por supuesto, sin tener que abonar impuesto alguno.
La presencia policial, además, cada vez parece espantar menos a los que practican la venta ambulante de productos falsificados. Así, se dan situaciones en las que coches patrullas se apostan en determinados puntos como el Hombre del Mar o la Oficina de Turismo de la playa del Cura y los agentes observan desde la lejanía como la venta ilegal continúa sin impedimento. Apenas se avienen los vendedores a recoger prestos los bártulos y esconderse cuando observan a los agentes paseando y no quietos. Eso sí, una vez los uniformados se repliegan -o son llamados para atender otras urgencias- entre los mismos 'manteros' se avisan para regresar a sus puestos y que la venta no pare.
Durante el primer mandato del actual alcalde, Eduardo Dolón (2011-2015), se trató de seguir una línea de persecución a estos delitos contra propiedad industrial de una forma más contundente. Una línea de intervención que derivó en peleas callejeras entre vendedores y agentes (con lanzamiento de sillas incluido) y, lo más tenso, en protestas de los propios senegaleses frente a los juzgados, a donde acudían con la intención manifiesta de liberar a sus compañeros detenidos.
Objetivo: el comprador
Ahora, después de años en los que se ha intentado perseguir de forma directa -aunque con medios policiales insuficientes- a los que ejercen ilegalmente la venta ambulante de productos falsificados, la estrategia municipal es clara: 'sin compradores, no hay manteros'. Tampoco es la primera vez que el Ayuntamiento recurre a amenazar con sanciones. Ya optó por hacer lo mismo el verano anterior lanzando la misma advertencia, aunque sin carteles.
El mes pasado, sin ir más lejos, la cuestión del 'top manta' volvía a tratarse en el seno de la Junta Local de Seguridad, el órgano de coordinación entre los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y el Gobierno de España con la Policía Local y el Ayuntamiento. En aquella ocasión, el equipo de gobierno municipal, como se encargaron de contar ellos mismos en un comunicado, solicitó a la Subdelegación del Gobierno poder utilizar agentes de paisano para precisamente vigilar de forma más discreta el paseo, cazar 'in fraganti' a los compradores y dejarles la consecuente factura de 200 euros. Y es que pillar a los clientes pagando y con los artículos en mano no es baladí. Es condición 'si ne qua non' para que la sanción sea del todo procedente.
Torrevieja, además, viene reclamando sistemáticamente al Gobierno de España más efectivos policiales de la Guardia Civil en verano para destinarlos también al patrullaje del paseo Juan Aparicio y la avenida de los Marineros (en la playa del Cura) al caer la noche. Hasta el momento, la respuesta desde el ejecutivo central ha venido siendo que el control de la venta ambulante es una competencia municipal. Asimismo, desde el equipo de gobierno local también se solicitó que se refuercen los controles de Extranjería por parte de la Policía Nacional, puesto que muchos de los vendedores carecen de documentación en regla y se encuentra en el país en situación irregular.
Operación Jarapero
Una prueba de la dimensión y la dificultad del problema es que el pasado mes de mayo, en una operación liderada precisamente por la Guardia Civil -bautizada como Jarapero-, se incautaban en una nave industrial de Elche 124.000 pares de zapatillas y bolsos que iban a ser presuntamente comercializados en el 'top manta' de Torrevieja. En este caso, fueron decisivas las denuncias de varios comerciantes para dar con un varón marroquí que ejercía de intermediario y que guió sin saberlo a los agentes hasta el escondrijo de las falsificaciones. Un duro revés a este tráfico ilegal de mercancías que, sin embargo, no parece haber aminorado la presencia de vendedores en este arranque de temporada estival en la ciudad salinera.
