Una persona sin hogar se instala en el centro cívico de la costa de Orihuela, cerrado desde 2020

Desde 2020 espera el centro cívico Ramón de Campoamor de Orihuela Costa que se intervenga sobre los daños estructurales que hacen peligrosa la continuidad de su uso público. Tiempo más que suficiente para que algunas personas se hayan percatado de su cada vez más evidente estado de abandono. Hasta el punto de que una mujer ya ha decidido hacer de este edificio público su 'vivienda' particular, si es que acaso se puede considerar de esa manera.

Según ha podido comprobar LA VERDAD 'in situ', esta nueva moradora ha acampado en la parte trasera del edificio, es decir, la que da a la calle Castillo de Sax, sin salida y de acceso a las viviendas colindantes. Allí, ya desde al menos el verano pasado, el Ayuntamiento venía acumulando papeleras retiradas de la vía pública. Con la llegada de un nuevo 'inquilino', al mobiliario de este pequeño espacio a la intemperie, pero techado, se han sumado enseres que incluyen una mesa, un sillón, una bombona de butano y diferentes artículos y utensilios de cocina. Incluso campa por los alrededores una gallina. Además, con tanta basura, algunas de las retiradas papeleras municipales han recobrado su antigua utilidad.

El Consistorio, a preguntas de este diario, ha tenido conocimiento de esta situación. Fuentes municipales señalan que el proyecto para la rehabilitación del centro está ya redactado y que se encuentra en estos momentos siendo fiscalizado por el área de Contratación con carácter previo a su próxima salida a licitación. «Queda un trámite administrativo», apuran los mismos medios a este periódico que, sin embargo, no se atreven todavía a poner una fecha aproximada a cuándo saldrá publicado el concurso público.

Fue el pasado marzo cuando la concejala de Participación Ciudadana, Ana Isabel García (Vox), anunció que se iniciaba la redacción del proyecto de rehabilitación. En mayo, el concejal de la Costa, Manuel Mestre (Vox), daba cuenta del estado del expediente ante los vecinos y desvelaba que las obras costarían del orden de 294.000 euros. Unos trabajos que se financiarían, según afirmó, con una modificación presupuestaria o mediante remanentes de tesorería.

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