Pues sí, Vox presentó su moción de censura contra el Gobierno de Sánchez. No se dan cuenta de que el problema no es Sánchez, son ... todos. Solo hay que mirar el último barómetro del CIS. Ni un solo líder aprueba, en otra muestra del descrédito que erosiona a los políticos, desennoblecidos por su impericia para solucionar los problemas, su apego al sillón por encima del afán altruista que debería imperar y su teatralidad huera, más exacerbada que nunca en aras de lo políticamente correcto, con discursos vacíos y emponzoñados por gestos de cara a la galería. Quizá todo cambie cuando se cumpla aquello que Saramago vaticinaba en 'Ensayo sobre la lucidez', aquel día en que casi todos votaron en blanco. Sánchez, un 4,3; Arrimadas, un 3,9; Casado, un 3,3; Iglesias, un 3,2, y Abascal, un 2,5. Sí, esas son las notas del CIS. ¿Por qué? Porque siempre es igual: todo está esmaltado de buenas intenciones, pero como Abascal ayer con su tono ríspido, no buscan el bien común, solo su minuto de gloria.
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