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Las tres de la mañana

LA ISLA ·

Viernes, 27 de noviembre 2020, 01:48

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De un tiempo a esta parte quejarse parece ser el deporte nacional: que si el confinamiento perimetral, que si la mascarilla, que si las reuniones... ... Las jeremiadas son tantas que parece que vivamos en el mundo del que habla Woody Allen, «un mundo en el que jamás me sentiré cómodo, al que jamás entenderé, jamás aprobaré ni perdonaré». Es más, sospecho que tanta gente gemebunda no es producto de la pandemia, sino que somos así de plañideros y la pandemia es nuestro fotomatón: nos está retratando. Pero vale de lamentos. Dan ganas de copiar el horario del que hablan Escohotado y algún otro nocherniego, cuando dicen que se acuestan pronto para levantarse a las tres de la mañana, cuando todo es remanso, el mundo está en modo pausa y nadie te conturba. Y es que algo tendrá esa hora, una hora mágica que siempre ha tenido sus adeptos. Ya lo decía Fitzgerald: «En la noche oscura del alma, siempre son las tres de la mañana».

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