Trabajar por el interés general
Si los políticos no aparcan sus diferencias, que son legítimas pero improcedentes cuando se trata del interés general, la Región siempre quedará en el vagón de cola
Comenzamos nuevo curso tras el parón vacacional después de más de un año y medio transcurrido desde que la Covid entrase en nuestras vidas, un ... tiempo en el que hemos tenido que atravesar todo tipo de situaciones que nos han puesto a prueba como profesionales y como personas.
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Dos de las actividades más castigadas por la Covid, el turismo y la hostelería, han abordado precisamente en estos meses de verano una época propicia para la recuperación, aunque siempre con la amenaza de la quinta ola de contagios asociados a las reuniones incontroladas y a los botellones. Poco o nada tiene que ver en ello la actividad en bares, cafeterías, restaurantes o comercios. Y menos aún el ocio nocturno, cuya actividad sigue paralizada, una circunstancia que tiene que ser necesariamente revisada.
Como he apuntado en otras ocasiones, no podemos olvidar que esta pandemia ha conllevado una crisis sanitaria, pero también una crisis económica de gran magnitud que ha afectado a la dinámica empresarial y al mercado de trabajo. De ahí el interés de la confederación que presido en proteger a las empresas, tanto a las consideradas esenciales como a las demás, que de una forma u otra han padecido los efectos de la pandemia.
Fruto de ello han sido los distintos planes de rescate acordados con el Gobierno regional para hostelería, los hoteles y los espacios de ocio y también el plan de ayuda al comercio. Todos ellos han permitido a los empresarios contar con apoyos en los peores momentos, pero sabiendo que la única manera de salvar la crisis era poder tener sus empresas abiertas y a pleno rendimiento, cosa que en algunos grupos de actividad o no se consiguió hasta hace relativamente poco tiempo o estamos en vías de conseguirlo.
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La revisión de la fiscalidad también ha sido una demanda permanente. Ya lo era antes del inicio de la pandemia, pero la necesidad se hizo más acuciante cuando las empresas, sin ingresos por haber tenido que cesar su actividad, debían seguir afrontando pagos de tasas e impuestos. A partir del nuevo curso daremos avances significativos, al menos eso esperamos, con la eliminación del Impuesto del Patrimonio y la revisión del tramo autonómico del IRPF. Existe un compromiso con el Gobierno regional para ello, así como para profundizar en lo que tiene que ser la simplificación administrativa definitiva, que elimine trabas para la actividad económica, siempre dentro del máximo respeto a nuestro entorno. También revisar en profundidad el resto de impuestos para situarlos en su punto justo.
En este sentido cabe una llamada de atención a toda la clase política: o cambian ustedes de actitud y trabajan por el interés general o mal irán las cosas si no son responsables y unen sus voces y fuerzas y las integran con las del conjunto de la sociedad civil para luchar por y en favor de nuestra querida Región de Murcia. Si no aparcan sus diferencias, que son legítimas políticamente pero improcedentes cuando se trata del interés general, esta Región siempre quedará en el vagón de cola.
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Dejen ya de desgastar sus fuerzas y atacar permanentemente al contrario y unan voluntades para recuperar el Mar Menor, que es una joya. Exijan al Gobierno central, sea del color que sea, que cesen los ataques al trasvase Tajo-Segura, cuya supresión o reducción pone en riesgo una de las fuentes de riqueza de esta región. Pidan un cambio en el sistema de financiación autonómica para que exista un trato igualitario hacia las comunidades autónomas. Reclamen también las inversiones necesarias en materia de infraestructuras, con la ejecución íntegra del Corredor Mediterráneo y la declaración de interés nacional para El Gorguel como prioridades. Y hagan realidad la ZAL de Cartagena y la de Murcia y la recuperación del casco histórico de Lorca, entre otros. En definitiva, trabajen por y para la Región de Murcia que para eso cobran.
La reciente aprobación el PGOU de Águilas debe servir asimismo de ejemplo de colaboración público-privada para que lo saquen adelante los municipios donde sigue pendiente.
Vamos saliendo poco a poco de la crisis, pero todavía existen incertidumbres. El proceso de vacunación es garantía de una menor incidencia y de una mayor protección social. Tiene que seguir avanzando con rapidez y cubrir ya a todos los grupos de edad. Pero nos gustaría que se escuchase más a los empresarios. Seguimos esperando que se aproveche la capacidad de las empresas para acelerar este proceso. Todavía estamos a tiempo. Antes del verano presentábamos el Plan Sumamos, firmado por Gobierno regional, Fundación CEOE y Croem, con el objetivo de que se utilizasen los servicios médicos de las empresas para vacunar in situ. El resultado hasta ahora es muy mejorable. Y también es muy reciente la autorización del Gobierno de España a las farmacias para vender tests, algo que los empresarios venimos reclamando desde octubre de 2020. Si nuestras propuestas fueran puestas en marcha en tiempo y forma, ganaríamos mucho.
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Todas las peticiones realizadas desde el mundo de la empresa buscan el bien común. No se puede aislar la crisis sanitaria, su incidencia es directa en la economía y la empresa. Es básico gestionar sin olvidarlo porque, de lo contrario, no se estará actuando con responsabilidad. Por eso reclamamos, hoy más que nunca, unidad sin fisuras para el nuevo curso. Hay mucho en juego en él.
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