Pronto se hizo tarde
Las quejas por el AVE están justificadas, pero el mal servicio era previsible
Ahora lo sé, pero antes no sabía que la frase con la que titulo este artículo estuviera tan manida. La he escrito en el buscador ... de Google y en medio segundo (exactamente 0,51) me ha ofrecido la friolera de 32,4 millones de resultados, entre los que se hallan canciones y montonazo de artículos. También libros, uno de los cuales –el que se refiere a dos inseparables amigos de la infancia que se encuentran muchos años después– leí durante el confinamiento de 2020. A pesar de lo recurrente de la frase, no he modificado el titulillo, que me vino a la memoria al leer en este periódico la acertada iniciativa de recorrer parte del espectro social para que opine sobre el servicio del AVE. El esperado AVE a Madrid que tanto ha tardado y tan pronto ha defraudado.
Los usuarios actuales y potenciales claman por una mejora del servicio. Esta vez, también pronto se ha hecho tarde para reclamar. Desde la modestia de un diletante, hace 24 años que le participé al entonces presidente de la Generalitat Valenciana mi intuición de que un AVE Madrid-Murcia pasando por Alicante no prestaría un buen servicio a los murcianos. Y eso, sin sospechar entonces la conflictividad que acarrearía el soterramiento de la estación de El Carmen.
Es verdad que, como dijo Jara Carrillo hace un siglo, Murcia es la cenicienta en materia ferroviaria. Murcia está en el mapa sobre el que dibujan la ruta, pero los diseñadores subestiman su existencia o simplemente la ignoran. Y así llevamos siglos ya, quejándonos y echando la culpa a los políticos. Que sí que tienen culpa y que se desdicen o contradicen según convenga, pero en el asunto del AVE recuerdo que cuando se firmó el trazado engañoso, se puso una condición asimismo engañosa: que el tren AVE llegase a Murcia al mismo tiempo que a Alicante. Difícil cumplimiento cuando el propio diseño no era sino lo que es: un ramal de Alicante. Y la pregunta es si no había entonces voces murcianas con autoridad para advertir lo que parecía evidente a un simple diletante. Claro que las había y las hay. Mi colega Manuel Buitrago, sin ir más lejos, se ha hartado de decirlo, pero son los lectores con poder los que podían y debían haber presionado.
Cada territorio es lo que sus pobladores procuran que sea.
Abrazos.
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