En modo 'yo'

El 7 de junio al que me refiero, los periódicos abrían sus portadas con la que fue cuarta victoria electoral del presidente Felipe González, la victoria del tenista Sergio Bruguera en Roland Garros y la exhibición de Induráin en el Giro de Italia.

Tres decenios más tarde, la noticia está en las buenas gentes que mata la guerra iniciada por Putin, el execrable, con escenas de la angustia de una población entera. Asimismo, se detienen en informar del aval que el Tribunal Supremo da a las rebajas de penas que ha provocado la ley del 'solo sí es sí'. O sea, señora ministra, que al final no van a ser los magistrados quienes se equivocan y conspiran contra la nueva norma, sino que es la errónea redacción de la ley la que provoca este indeseado efecto que ha reducido más de mil condenas de maltratadores. Con lo sencillo que resulta un «ustedes perdonen, ha sido sin querer, voy a rectificar».

Pero no.

A lo que de siempre se ha denominado egoísmo, egolatría o egocentrismo, algunos psicólogos le llaman estar en 'modo yo'. El «yo, mí, me, conmigo» que recitábamos en Gramática y al que cada vez más se añade el 'o contra mí'. Una pena. Ni siquiera la todavía reciente pandemia, que tan claramente ha mostrado la fragilidad de la vida, ha puesto los pies en la tierra de quienes creen ser el Sol y que los demás son el resto de planetas que giran a su alrededor. Esos (y esas) que solo se muestran flexibles cuando todo se haga conforme a sus deseos. El 'modo yo', que nos incluye, y que solo mitigan la sensatez y sentido de la convivencia.

Y a lo último, que es lo primero. Hoy se cumplen treinta años que mi madre dejó de sufrir en este mundo. Para ella, y para todas las buenas madres que en el mundo son, invoco estos versos de Díez-Caneda, quien también falleció un 7 de junio: Nada se pierde / lo pasado y lo abolido se halla / vivo y presente / carne de la carne tuya / ser del ser que eres...

Abrazos.