Moción de cordura
La fracasada censura de Vox ayuda a ponderar el cambio social de hoy, que tiene similitudes con el de la Transición
No digo yo que no sea un producto de la edad, es decir puede que sea consecuencia de la edad, pero la reciente moción de ... censura al Gobierno de España, presentada por Vox con el profesor Ramón Tamames como candidato a reemplazar a Pedro Sánchez, me devolvió a la que fue la más formidable crisis que me ha tocado vivir: la Transición democrática.
Como expresa la propia palabra 'crisis', lo nuevo pugnaba por florecer y lo viejo luchaba por subsistir. España empezaba a no ser diferente porque los españoles comenzábamos a parecernos al resto de la Europa occidental. El turismo y el progresivo aumento de la economía –que ya alcanzaba para una escapadita a Perpiñán o San Juan de Luz a ver películas prohibidas por el régimen–, así como el paulatino regreso de los emigrantes, tuvieron bastante que ver. La sociedad estaba cambiando y sabíamos por qué. Algo parecido viene sucediendo desde principios de este siglo, en el que se registra un cambio social evidente sin que, en mi opinión, aún no hayamos sabido exactamente por qué. Ya lo vamos sabiendo. Globalización, neocapitalismo inhumano y empoderamiento de las tecnologías están en la raíz de la 'nueva' sociedad, de la que el Congreso de los Diputados es un reflejo.
Si las reuniones clandestinas del tardofranquismo y las distintas plataformas que brotaron de las doscientas siglas (o más) de partidos políticos registrados en 1977, desembocaron en la democracia fue porque la enorme diversidad ideológica –así como la ingente cantidad de 'demócratas de toda la vida' que surgieron al rebufo– finalmente, y no sin sobresaltos, cedió parcialmente en sus pretensiones. Prefirieron la convivencia a la disputa frontal.
Creo que conviene recordarlo a las nuevas generaciones, ya que la desmemoria histórica conduce a repetir el pasado más indeseable.
La disparidad de partidos representados hoy en el Parlamento es, como decía, un reflejo de la sociedad actual en la que encuentro ciertas similitudes con las diferentes corrientes políticas que surgieron tras la muerte de Franco. Hoy cohabitan en el Congreso de los Diputados independentistas, conservadores, socialdemócratas, regionalistas y derechas e izquierdas más acentuadas. Es lo que los españoles hemos votado. Por tanto, es lo que hay que respetar y por lo que todas las siglas están obligadas a negociar. Y a ceder.
Abrazos.
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