De nuevo conseguí escaquearme del debate, esta vez sin Feijóo quien decidió no ir, no fuera a ser que volviese a meter el anca con ... lo de las pensiones y, además, recibir picaduras de los rivales. Tres contra uno. Demasié. Para qué arriesgarse si las encuestas me dan como amplio ganador. Mejor dar el 'raca raca' con la 'parcialidad' de TVE, la misma que con nosotros –José Antonio Sánchez en la cúpula y Urdaci a los mandos– nos abrumaba con su equidistancia. 'Cosas veredes, Cid, que farán fablar las piedras'.
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Pero a lo que iba. Por qué insistes en no ver ni oír los debates entre candidatos, me preguntan. Cosas de la edad, se contestan en voz audible. Cuestión de hartazgo, me respondo mentalmente. Y héteme aquí que, bogando por internet, el azar me lleva a un artículo que habla de la edad y de la mente. Está firmado por Emily Laber-Warren, habitual columnista del 'New York Times', y bajo el título 'La edad, al parecer, sí está en tu mente', la autora aborda la polémica de lo que la Ciencia describe como 'edad subjetiva' y que el refranero popular español resume en 'eres tan viejo como te sientes'.
Lo para mí novedoso es que investigadores de varias universidades estadounidenses afirman que, ante la pregunta «¿De qué edad te sientes la mayor parte del tiempo?», la respuesta suele reflejar el estado de salud física y mental de las personas (sic), algo que confirma otro estudio surcoreano que, tras examinar el cerebro de 68 personas mayores saludables, descubrió que quienes se sentían más jóvenes tenían una materia gris más gruesa y habían sufrido un menor deterioro con los años.
No hay acuerdo total entre los estudiosos. David Weiss, de la Universidad de Leipzig, sostiene que la edad subjetiva solo refleja las obsesiones con la juventud y que lo mejor es sentirse a gusto con la generación a la que perteneces. «Si la vejez no tuviera connotaciones negativas, no habría necesidad de decir que te sientes más joven».
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A ver, oiga, por qué relaciona la polémica edad subjetiva y su decisión de no ver los debates electorales. Pues tiene que ver con la edad (he visto, asistido, moderado, escrito y analizado muchos otros debates) y también con la mente, la cual me permite recordar la de veces que he comprobado el enorme trecho habiente entre el dicho y el hecho.
Abrazos.
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