Es fundamental ser buena persona –eso que suele decirse de quienes no destacan por otras capacidades– como defiende la moderna teoría de que la bondad ... profesional va íntimamente ligada a la bondad personal. Es decir, no se es buen profesional si antes no se es buena persona.
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El autor de esta afirmación, no exenta de polémica, es Howard Gardner, el neurocientífico y profesor de la Universidad de Harvard, conocido por sus investigaciones sobre las capacidades cognitivas y por su teoría de las inteligencias múltiples, por la que le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en el año 2011. Tan destacado personaje supone, pues, un importante punto de apoyo para defender los beneficios de la bondad personal, por mucho que el mercantilismo se haya enseñoreado en las relaciones humanas.
El científico llegó a esta conclusión luego de entrevistar a más de 1.200 individuos, y estableció que los mejores profesionales son excelentes, comprometidos y éticos y, como las malas personas carecen de ética, nunca podrán llegar a ser excelentes. Podrán ser buenos en su campo, «pero nunca alcanzarán la excelencia a la que llegan personas con mejores comportamientos».
Un comportamiento ético, desde el plano político, sería establecer los medios y maneras que conducen a una eficaz transparencia en la gestión y el gran reto es cambiar la cultura de las organizaciones públicas, que son las más reticentes. Todas deberían tener muy claro que hay que rendir cuentas. Sin embargo, hay resistencias como las que sufrieron José Molina y Pérez-Templado, los dos primeros presidentes del Consejo de Transparencia de la Región, ahora convertido en un Comisionado para la Transparencia, cargo que estrenará una comisionada, Natalia Sánchez, propuesta por Vox.
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Inicialmente poco importa la tendencia ideológica ya que la transparencia o, mejor dicho, la falta de transparencia se localiza en el poder político, el cual no se siente cómodo con la dación de cuentas. Cualquiera que sea su color de partido, el poder se resiste a facilitar información. Que le pregunten si no a los 18.000 ciudadanos de esta Región que llevan años esperando recibir las ayudas europeas para autoconsumo energético y movilidad.
El poder no se siente cómodo con el control y tiende a ser opaco, así que la comisionada tiene tarea por delante, y no pequeña, porque el poder a quien debe controlar es el que la ha nombrado.
Veremos.
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