Silencios literarios
A CARA DE LIBRO ·
Para dedicarse a la literatura es necesario saber capear la incertidumbreDurante la Semana Negra de Gijón, charlaba con unos compañeros sobre un escritor muy peculiar. Un tipo excéntrico, según me contaron, que hablaba de sí ... mismo como de uno de los mejores autores del siglo. Ganó premios literarios importantes en la pasada década. Desde entonces, silencio literario, no ha vuelto a publicar.
Algo parecido, sin entrar en excentricidades ni egos, ocurre con otros ganadores de premios prestigiosos. Si echamos un vistazo a las listas, muchos de ellos han caído en el olvido absoluto: o no han vuelto a publicar, o el premio no consolidó una carrera de éxito.
Las causas que llevan a un autor a no publicar más o a descender a los infiernos literarios son muy variadas.
Tras 'Cumbres borrascosas', Emily Brontë dejó de lado la escritura de novelas porque no pudo soportar el ensañamiento de los críticos de la época. En el caso de Harper Lee, quizás sintió el vacío al enfrentarse a una segunda novela cuando la primera había sido un gran éxito. O tal vez ganaba lo suficiente con las rentas. O, tras 'Matar a un ruiseñor', no tenía nada más que contar. Poco sabemos de las razones de Patrick Rothfuss, autor de la trilogía 'Crónica del Asesino de Reyes', cuyo tercer libro llevan esperando sus editores y lectores quince largos años. O del caso de Arthur Golden, quien escribió una única obra, 'Memorias de una Gheisa', y nunca más tecleó una sola línea para una novela.
Muchos aspirantes a escritor cuelgan los teclados porque la escritura no responde a sus expectativas económicas o de reconocimiento.
Pero el caso más terrible de todos es el de aquellos escritores y escritoras a los que la editorial convierte en artefactos editoriales. Se trata de escritores a los que las editoriales quieren convertir en productos de éxito. Esto no solo atañe a editoriales de corte comercial, no os llevéis una idea equivocada. El editor manipula el texto del autor hasta que poco queda del original, compra publicidad y alquila espacios para invadir las librerías. Casi todos estos autores desaparecen en cuanto las expectativas de éxito no se cumplen. Se convierten en muñecos rotos de la literatura. Ojo, algunos ganan mucho dinero con ese único libro. Otros, aunque el libro se haya vendido, el autor apenas cobra porque estos editores pirata blindan contratos abusivos. E incluso hay quien ha sufrido maltrato psicológico de sus editores cuando el éxito no llega.
Para dedicarse a la literatura, además del talento y la perseverancia, es necesario saber capear la incertidumbre y ser un cabrón desconfiado.
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