Solo hay dos formas de cumplir una norma: hacerlo por iniciativa propia o hacerlo porque te la imponen; es decir, por ser juiciosos o porque ... no hay más narices. Como está claro que en este país no vamos a sacar matrícula en lo primero, no hay otra que obligarnos. A nadie le gusta ir embozado, pero, mientras no haya vacuna, ir con la cara encortinada se ha demostrado como la opción más plausible. La otra era un nuevo confinamiento, que sería quizá menos dramático que la primera vez por cuanto los hospitales no están tan atestados, pero más doloroso, porque la economía anda empequeñecida y a saber a qué cuneta nos llevaría que nos volviéramos a encastillar. Yo estoy de acuerdo con la medida y diría, incluso, que llega tarde, por cuanto en la Región hemos alcanzado un sarpullido de rebrotes y niveles de contagios que no se conocían desde hace semanas. La medida regional nos pilla con el reloj atrasado, pero eso sí, mejor tarde que nunca.
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