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Un mundo frágil bajo tus pies

La vereda del capitán ·

Calblanque como lugar que da una lección de supervivencia

Sábado, 12 de junio 2021

Caminar por el parque regional de Calblanque es hacerlo por un mundo frágil. La cartelería da pistas, por si uno no percibe suficientemente que se ... adentra en un ambiente inestable y en continuo cambio por efecto del viento salado. El lebeche, tan excitante para los poetas, es aquí, donde solo hay fragilidad bajo nuestros pies, el martillo del día y de la noche, el suplicio de muchos animales y plantas que intentaron adaptarse, y sucumbieron a la verdad, que no era otra que modificarse a sí mismos en aras a su propia supervivencia. Cada vez que uno se adentra en Calblanque, sobre todo si es a pie desde Cala Reona, un lugar ciertamente sobrecogedor en todas las estaciones del año, la inercia es la misma que la del escarabajo de las dunas: buscar una sombra, y, en ciertos puntos, claro, protegerse de los depredadores. Alguna vez volví con bocados en los meñiques, y no fueron, pobre de mí, dentelladas de tiburón, sino enganches con cardos marinos ya desprendidos del tallo, sin sus capas de cera y sin el azul metálico de sus flores, pero aún con sus pinchas intactas, de esas que si se clavan provocan «lamentos, suspiros y llantos», y no ya de oscura pasión.

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