Energía: promesas verdes frente a una red colapsada

Mientras se multiplican las metas sobre renovables y neutralidad climática, la falta de inversión y de agilidad administrativa complica la realidad

Martes, 7 de octubre 2025, 00:14

España se ha marcado objetivos ambiciosos en materia energética, pero los avances reales son desiguales. Las renovables crecen, aunque la red eléctrica está saturada y ... la burocracia frena proyectos clave.

Publicidad

La energía eléctrica mueve nuestra economía. No es un eslogan: basta con un apagón para recordarnos su importancia. España se ha fijado un objetivo ambicioso: alcanzar la neutralidad climática en 2050. Pero, más que un plan sólido, parece un deseo. Para lograrlo se requiere una planificación rigurosa, coordinación entre administraciones y agentes del sector, e infraestructuras capaces de soportar la transformación. Sin embargo, el camino está lleno de obstáculos.

Los datos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) para 2030 son reveladores. La reducción de emisiones debería alcanzar un 32% respecto a 1990, pero apenas se ha logrado un 13%. La cuota de renovables en el consumo final debería ser del 48%, y hoy se sitúa en un 22%. En generación eléctrica renovable, el objetivo es llegar al 81%, pero apenas rozamos el 57%, con graves problemas de saturación en las redes de transporte y distribución.

La eficiencia energética también se queda corta: la meta de mejora es del 43% y el progreso apenas llega al 20%. El sector de la rehabilitación de edificios, clave para dinamizar la economía, avanza a un ritmo muy inferior al previsto. Y en cuanto a dependencia exterior, fijada en un 50%, seguimos en un preocupante 73%, muy dependientes aún del gas y del petróleo.

Publicidad

Solo en la generación eléctrica renovable se avanza de forma razonable. Pero esa energía no puede aprovecharse si la red eléctrica no tiene capacidad para transportarla. Hoy, más del 80% de los nudos de distribución están saturados. Según la patronal Aelec, en 2024 se rechazó la mitad de las solicitudes de conexión para proyectos industriales. Es la consecuencia directa de la falta de inversión.

La ministra de Transición Ecológica anunció hace poco un plan de inversión de 13.600 millones en la red eléctrica hasta 2030. Aunque necesario, llega tarde y se antoja insuficiente: habrá que esperar entre dos y diez años, depende de la envergadura del proyecto, para que se note en la práctica. El retraso pone en riesgo la llegada de inversiones, la creación de empleo y la competitividad de sectores estratégicos como la industria o la logística.

Publicidad

No obstante, hay señales positivas. La reciente noticia de la inversión de 250 millones de euros en la Región de Murcia por parte del Ministerio de Transición Ecológica y la operadora Red Eléctrica permitirá solventar los problemas de suministro al valle de Escombreras y el aislamiento de la comarca del Noroeste.

El Sistema de Certificados de Ahorro Energético (CAE) está demostrando su eficacia como instrumento para incentivar inversiones en eficiencia, precisamente porque elimina de la gestión la intervención de la administración, reduce burocracia y simplifica trámites.

Publicidad

También destacan las iniciativas empresariales para desarrollar plantas de biometano, que generan energía solucionando un problema como es el de los residuos y proporcionan un combustible renovable esencial para sectores industriales difíciles de electrificar.

Pero la transición energética no puede depender de una sola tecnología. Necesitamos también la contribución de la energía nuclear y del gas renovable, mientras que el hidrógeno verde sigue siendo más una promesa que una realidad.

Publicidad

Si de verdad queremos alcanzar los objetivos del Pniec, hay que seguir apostando por mejorar infraestructuras y, sobre todo, por agilizar la tramitación en las tres administraciones: estatal, regional y municipal. La burocracia es, hoy por hoy, un freno tan grande como la falta de inversión.

España no puede permitirse seguir improvisando: sin inversiones a largo plazo y con tantas trabas administrativas, la transición energética no pasará de ser un eslogan vacío.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad