Hay muchas formas de hablar de Maradona, pero solo una de hacerlo bien: separando la persona del futbolista. Sin balón siempre fue demasiado humano, siempre ... eligió el camino equivocado, pero ¡ay! con el balón en los pies. Ahí no era un vivales, sino un mago, quizá el mejor de todos. Uno no ha visto a Pelé, ni a Di Stéfano, de quienes se habla de modo aplaudidor, pero sí al Diego, el jugador que marcó la infancia de mi generación. Cuando eres un crío y a poco que tengas algo de imaginación, no tienes los pies en el suelo: no se vive de dinero, sino de sueños. Así que entonces la lotería no te tocaba en los décimos, sino en los cromos. Y el Gordo era cuando te salía Maradona. Es solo un ejemplo, pero vale como resumen. A Valdano le gusta más Messi, del que dijo que era Maradona todos los días, es decir, era como el mejor, pero más tiempo. Y es que Maradona duró menos, pero esa es quizá su grandeza: fue más breve, sí, duró menos, y aun así ya es eterno.
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