Luces que se apagan
ESPEJISMOS ·
En pandemia, el comercio electrónico en España ha subido un 67%, a costa de las tiendas de cercaníaBueno, bueno, bueno. Dejad lo que estéis haciendo, que he tenido una ideaca para un negocio. No, nada de pollas de gofre, no. Yo pienso ... en 'ejem- grande'. En más grande. En una empresa de 'tó por tó'. La tercera más grande del planeta o superior. Con un valor en bolsa de por ejemplo 1,73 billones de euros. Sí, claro, más que el PIB de España. ¿Amancio, qué Amancio? Ah, sí, ese. Mi sastre. Ya.
¿Y qué voy a vender? Pues de todo. Pero por internet. Libros, ropa, vídeo por 'streaming', servicios de 'hosting', electrodomésticos... Lo que se te ocurra. ¿Estatuillas de Abraham Lincoln hechas con cera de las orejas? Las tenemos. Y pollas de gofre también. Ya, ya sé que no es una idea muy original, pero es que yo voy a petarlo. Tanto, que me voy a embolsar en poco tiempo la mitad de todas las ventas 'online' de un país como Estados Unidos. Imaginaos el monstruo. Y lo que come un bicho así cuando llegan las pandemias: entre el 40% y el 60% más de ventas en 2020. Mi fortuna personal, que es de lo que se trata, va a alcanzar los 200.000 millones de dólares, centavo arriba centavo abajo.
¿Cómo? ¿Que me estoy viniendo un poco arriba? ¿Que todo esto suena como a ciencia ficción? Pues esperad, que ahora se pone distópico. Porque obviamente este imperio no lo he construido a base de paz y amor. Mi millón trescientos mil empleados fijos y mis cientos de miles de temporales y autónomos (muchos de estos, falsos) cobrarán, de media, un 10% menos de lo que se paga en el sector. No podrán sindicarse sin recibir todo tipo de presiones o ser despedidos. Un 'software' tope gama controlará cada uno de sus movimientos para que no pierdan una décima de segundo entre paquete y paquete. Competirán con robots y su entorno laboral estará cada vez más mecanizado. Tendrán las visitas al cuarto de baño contadas y cronometradas e incluso se les animará a mear en botellas. No, mi empresa no será una ONG.
La precariedad y la temporalidad laboral no serán mi único punto negro, claro. Pagar impuestos no me va a molar mucho tampoco. De hecho, no voy a empezar a pagar Sociedades en Estados Unidos hasta que me pillen varias veces con un saldo fiscal positivo (es decir, que Hacienda me suelte –en concepto de incentivos y compensaciones– más dinero que yo a ella). Entonces pagaré una media del 1,2% (frente al 21% legal). En Europa haré que todas mis filiales le facturen a la de Luxemburgo. Así conseguiré que, si por ejemplo un año tengo ventas en España por valor de 500 millones de euros, al final me salga a pagar menos de 4.
Y luego está la factura medioambiental, claro. El comercio por internet tiene una huella de carbono –debido al impacto del reparto a domicilio de las mercancías en vehículos de transporte poco cargados– de un 7% más que el comercio en tienda. Pero como a mí el planeta un poco me la pela, pondré en marcha un servicio 'premium' con envíos gratuitos que fomente que mis clientes ni siquiera tengan que agrupar sus pedidos: que hoy te llevo con la furgo el lápiz que te has comprado y mañana la goma.
Y también está, cómo no, el impacto sobre el pequeño comercio. En pandemia, el comercio electrónico en España ha subido un 67%, a costa de las tiendas de cercanía que dan vida a nuestras ciudades, empleos dignos a nuestros vecinos, ventas a nuestras pequeñas industrias e impuestos justos a nuestras arcas públicas. A reventar todo eso voy y podéis invertir en mí cuanto queráis. Por supuesto que saldrán aquí y allá alcaldesas y activistas a avisar que cada clic en mi página es una luz que se apaga en tu calle. Pero ni se imaginan el departamento de prensa que voy a tener. ¿Greenwashing, pinkwashing, polladegofrewashing? Lo tenemos. En todas las tallas y colores.
Sí, ya sé qué estáis pensando. Que me vais a dar un Goya por la película que me he montado en mi cabeza. De terror. Paco Plaza o superior. Que nuestros políticos no pueden permitirse ver su nombre asociado a semejantes prácticas en temas tan sensibles en nuestros días como los abusos laborales, la elisión fiscal o el medio ambiente. Que ningún mandante con dos dedos de frente se echaría en contra al pequeño comercio de su comunidad o de su ciudad. Pero estáis subestimando el poder del dinero, queridos 'espectad' amigos. Y tal vez el de los departamentos de prensa.
–Anda, calla, 'flipao', déjate de pesadillitas de progre.
–Vente el martes a la inauguración de mi centro logístico en Corvera, 'informao', que tengo a López Miras y a Serrano (entre otros) haciéndole la ola a mi director regional.
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