La lógica alemana y demás
LA ZARABANDA ·
Un epidemiólogo solvente y popular será el próximo ministro de SanidadHoy toca trifásica, para celebrar que ha bajado de forma considerable el precio del kilovatio/hora. Así nos evitamos escuchar en los medios la coña ... del 'máximo histórico'. La primera de las fases se refiere a la disciplinada Alemania. A mayor abundamiento, el país de la lógica. ¿Por qué digo esto? Pues porque, en el nuevo gobierno de la federal, el ministro de Sanidad será Karl Lauterbach, del SPD, partido de los socialistas de allí. El motivo es que se trata de «un epidemiólogo solvente y popular». Ahí queda eso, para beneficio de los pandémicos alemanes. Y no como en otros sitios que yo me sé y sufro. Salvador Illa, por ejemplo, es filósofo y máster en Economía. Carolina Darias, la que lleva hogaño esta temática, se licenció como abogada.
La fase segunda le afecta al Reino Unido (relativamente unido, ya que Escocia e Irlanda suelen dar el follón). Hablemos del Parlamento. En once de sus doce áreas de servicio, léase retretes, han encontrado restos de cocaína. Según fuentes autorizadas, débese ello a que los parlamentarios no tienen más remedio que ponerse a tono. No para descansar de los graves asuntos que se allí discuten, sino porque no soportan ver llegar siempre a Boris Johnson con el pelo tan despendolado. Los ingleses, como son tan así, no ven 'apropiado' el desaliño cabelludo de su primer ministro, y 'se preguntan' cómo es posible semejante 'shameful'.
La tercera de las fases alude a los Estados Unidos. Allí, una familia ha editado un christma en el que aparecen Thomas Massie, su mujer y sus cinco hijos, portando cada uno un kalashnikov que te cagas solo de mirarlo. Se conoce que para estar en línea con la tierna 'noche de paz, noche de amor', que nos desea el famoso villancico que compuso el organista Franz Xaver Gruber para la ocasión.
Digo esto para que se vea que, en nuestra España, no somos como en esos tres países que presumen de adelantados. Tocante a la profesión del ministro de Sanidad, aquí abundamos mucho más los demócratas (como ha sucedido casi siempre), pues nombramos al primero que pasa por la calle. Incluso sin estar al corriente en el pago de la cuota.
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