Lenguaje inclusivo y señores mayores
A CARA DE LIBRO ·
El genérico masculino es relativamente reciente. Isabel la Católica especificaba 'juglaras' y juglares en una leyHace unas semanas, Santiago Muñoz Machado fue reelegido para dirigir la RAE. Muñoz Machado es un señor de 73 años, que estudió Derecho en sus ... años mozos y es profesor universitario. Y el próximo año añadirá a su currículo ser pregonero de la temporada taurina de Sevilla.
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En una entrevista para 'El País' con motivo de su reelección, Muñoz Machado dice que el masculino genérico es la fórmula inclusiva de nuestra lengua. Pongo un ejemplo de masculino genérico inclusivo. Hay diez mujeres y un burro (por burro entiéndase el noble animal), nos referiremos a este grupo como ellos. Es decir, no importa la especie, mientras haya uno y sea macho. ¿Qué podría ser más inclusivo? A las mujeres no las incluimos, pero a los burros sí. Supongo que para no caer en el especismo.
Este asunto no sería el tema de mi columna (su discurso es el de siempre) si no fuera porque me llevé una sorpresa en el libro 'El personaje', escrito por Robert McKee.
Robert McKee es un señor de 81 años, que estudió Literatura Inglesa en sus años mozos, es formador y conferenciante, y él dio el visto bueno para que se produjeran series como 'Cheers' o 'Friends', y películas como 'Forrest Gump' o 'Gandhi'. Y que yo sepa, no ha sido propuesto para ser pregonero de la temporada de rodeos en Texas.
En las primeras páginas del libro, McKee explica que el desdoblamiento del lenguaje, a su juicio, entorpece la lectura. Y sigue: «El pronombre en masculino pretende ser de género neutro, pero no lo es. Por eso, en los capítulos impares las personas no especificadas serán de género femenino y en los capítulos pares, masculino». Es decir, incluir a las mujeres en el discurso es una cuestión de voluntad.
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El genérico masculino es relativamente reciente. Isabel la Católica especificaba 'juglaras' y juglares en una ley (qué suerte tuvo de ser reina católica y no ministra de Igualdad).
El lenguaje es una construcción cultural. Por tanto, el lenguaje no inclusivo es una posición ideológica. Animo a que no den tantas justificaciones y digan simplemente que se sienten más cerca de la ideología patriarcal que de la feminista.
Dice Muñoz Molina que en la RAE simplemente recogen el habla de la gente, y que «eso que llaman lenguaje inclusivo no se usa por la gente de la calle». Yo no conozco a nadie que diga almóndiga (término incorporado al diccionario), pero sí a mucha gente que usa la palabra 'señoro'. ¿La acabarán incorporando al diccionario?
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