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¡Madre mía! Me acuerdo yo de cuando las misas eran en latín...-Y Su Excelencia vivía en El Pardo.

Correcto. Todo el mundo daba por hecho que las misas se decían en esa lengua 'por su propia naturaleza'. O por mandato divino. A nadie se nos pasaba por la cabeza que el cura hablase algo que no fuera latín.

-¡Es que era latín!

¡Ah, bueno! Solo que algunos lo llamaban gori-gori.

Eso era en los funerales. En la calle se mencionaba al 'sursum corda', pero pocos conocían su significado. Otros decían 'sursum Córdoba'. Estas expresiones se asimilaban a algo misterioso. Por ejemplo, a una autoridad superior. 'Esto no lo arregla ni el 'sursum corda', solía decirse.

La verdad es que, aparte de los curas, prácticamente nadie hablaba en latín. Y, desde luego, todos dábamos por hecho que la misa en latín estaría vigente por siempre jamás. Por los siglos de los siglos. Era impensable que alguna vez se dijera la misa en castellano. Y todavía menos en catalán y sin relator. En inglés, ni pensarlo. Eso no se le ocurría pensarlo ni al que inventó el Concilio Vaticano II, que tanta fama tuvo de aperturista.

-Pero el sermón sí que era en español.

El sermón, siempre. Por cierto que únicamente lo escuchaban las mujeres, porque los machos tenían la costumbre de salirse al atrio para fumarse un cigarro. En fin, eran otros tiempos, aunque con los mismos collares y parecidos vicios. Toda esta repalandoria la justifica el hecho (ahora menos inaudito que entonces) de que, en una parroquia de Cartagena, la de San Vicente de Paúl, se dice la misa en inglés. El señor cura párroco se llama Wilson (como no podía ser de otra manera, pero impensable cuando Franco). Y parece que funciona estupendamente.

Nos dicen que acuden belgas, ingleses, ghaneses y nigerianos a escuchar la palabra de Dios, en su lengua materna. También, muchachos y muchachas del Erasmus, profesores bilingües y jóvenes que desean aprender ese idioma tan estrafalario. El padre Wilson cuenta que su misa en inglés equivale a 'una academia abierta al público. De forma interactiva y gratuita, sirve -comenta él- para hacer ejercicios de 'listening'.

O sea que The Virgin Mary, que es como decir Ave María Purísima.

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