Tercera ¿y última? dosis

LA ZARABANDA ·

Emparejarla con la de la gripe no trae mayores problemas

Jueves, 11 de noviembre 2021, 00:15

Que digo que ¿conviene que las pongan juntas o separadas? La de la Covid y la de la gripe. Moncloa nos las está clavando ambas ... de un golpe. Por entender que no hay mayor problema añadido. Pero no es obligatorio. Si uno quiere, con un poco más de molestia, se pincha una el lunes y al lunes siguiente la otra. Da lo mismo. El caso es reforzar la inmunidad. Y entrar cuanto antes en una situación de normalidad. O por lo menos cuasi.

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El cardiólogo Domingo Pascual cerró el martes su serie de colaboraciones Covid en LA VERDAD (que han sido once y todas ellas valiosas), con la afirmación de que ahora sí que hemos entrado en tiempos mejores. De ahí que titulara su artículo: 'La guerra ha terminado'. Esto no significa que no vayan a producirse algunas escaramuzas. Pasa incluso en las mejores guerras, si es que hay alguna buena. Esto de ahora ya es, como diría el castizo, otra cosa. Quieras que no, el riesgo de contagiarte es francamente menor. Y eso tranquiliza e invita a una mayor movilidad.

Volviendo a los pinchazos, hay quienes andan diciendo que administrarlos a la vez comporta mayores molestias. No parece que sea así. Y si fuera, sería solo en casos concretos que conforman un porcentaje pequeño. Algunos cuentan que tuvieron décimas de fiebre, algo de dolor muscular o ligera hinchazón en el antebrazo. Yo mismo, que no soy modelo de nada (salvo para mi mujer, que todico me lo perdona), me la puse doble hace dos días.

-¿Y qué?

Cómo que ¿y qué?

-Joder. ¿Qué si notó algo?

La verdad es que no. En los brazos, nada. La cabeza, pues como siempre: una miaja ida. Pero eso es por los años. Me entró una cierta modorra, aunque agradable. Parecida al 'dolce far niente' ese. Dicho en cristiano, ganicas de meterme entre sábanas, no levantarme antes de la doce, ni tampoco escribir la chorrada del día. Pero, ¡quiá! Cómo voy a dejar al lector sin zarabanda, después del trabajo que me ha costado acostumbrarlo a que, además de leer a Rosa Belmonte, me atienda a mí también, pues soy amigo de ella.

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Resumiendo: Póntelas. Y el pónselas, para la enfermera.

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