Un polvo africano
LA ZARABANDA ·
Con demasiada frecuencia, en puesto de lluvia limpia, la Naturaleza nos manda detritus del desiertoIncluso la Europa de arriba ha compartido esta vez con Murcia una lluvia de polvo. Un kilométrico plato de arroz con leche, rociado de canela.
–Qué bonita imagen, ¿verdad usted?
Nada de eso. Si esa Europa que digo lo ve así, será porque aguanta ese fastidio muy de uvas a peras. El suceso es allá, por curioso, simple anécdota. Si les llegara con tanta frecuencia como a nosotros, acabarían hartándose. Lo que es nuestro feudo, donde tanta necesidad tenemos de aguas limpias (con las que animar verdores exquisitos y la propia andorga), tengo por humillante que nos llueva polvo.
Aunque por pudor no lo digamos, sentimos mucho los de por aquí semejante comportamiento del clima. ¿Pues qué daño hacemos nosotros a alguna deidad, para recibir un castigo así? Y todavía hay algo más triste por reseñar. Es ello que, en otras ocasiones (cuando se nos quiere poner aún más de cara contra la pared), lo que cae del cielo es polvo mezclado con una miaja de lluvia. En definitiva, puro barro. Y algo así, joder, tiene toda la pinta de plaga bíblica.
A mí no me parece que esta polución sea justa. Los murcianos padecemos la pandemia y lo mismo el AVE (quiero decir el cachondeo del AVE), con el mismo sufrimiento que tanta otra gente en el resto del mundo. Hacernos además destinatarios de polvo y barro, constituye un exceso de rigor que no merecemos. Si hay que recibir esa mierda (por el color lo digo), sean los que han nacido en el desierto. O quienes lo recorren compitiendo, como esos del Dakar. El polvo allí es solo redundancia. No tiene carácter de apaleamiento, sino de fenómeno natural.
Ensuciar los vergeles que crecen a base de cuidados tan primorosos, como es nuestro caso, lo veo injusticia de las flagrantes. Polvo y barro sobre los pámpanos, la flor de los frutales o el verde de los alcaciles, ¿no es maldición? Si dijeras que aquí llueve agua abundante y clara, no tendríamos que soportar que nos echasen en cara el Trasvase, tomándonos por ladrones. Ni tendríamos por agravio, como no lo tiene Francia, lo que sería una mera cagada accidental de la Naturaleza.