Fuimos unos pardillos

El consejero murciano Díez de Revenga dice, en un artículo publicado en LA VERDAD, que «es una buena noticia que [el AVE] llegue a nuestra ciudad hermana de Orihuela, pero los habitantes de la Región no podemos evitar que se nos quede cara de tonto». Estoy conforme con eso, pero me gustaría añadir, si se me permite, que además de aparentarlo 'fuimos' verdaderamente tontos, pero que muy tontos. Fue cuando nos engatusaron los presidentes de las autonomías afectadas (incluida la de Madrid, fíjate qué pintaría en esto) para engancharnos a un AVE que pasaba por Monforte del Cid, localidad tan ajena a nuestra ruta de siempre.

Los ciudadanos de a pie fuimos tontos en la modalidad de pardillos. Y nuestros representantes políticos en aquella reunión alicantina (donde nos dejaron vendidos para la eternidad), unos incompetentes. Igual de flojitos que quienes consintieron que Albacete se desgajase de Murcia, contrariamente a lo que deseaba una mayoría de albaceteños. Solo pedían alguna pequeña compensación institucional. Y se la negaron.

Teníamos desde siempre nuestro camino, el más directo, o sea Murcia, Cieza, Hellín, Albacete, Madrid. Todo tieso, como se suele decir, desde El Carmen. Y es verdad que la variante de Camarillas (¿os acordáis?) fue obra muerta durante muchos años. Pero por fin la resucitaron. Y ahora mismo es una realidad que habría facilitado las cosas. Y ya no sirve de nada lamentare, porque no hay marcha atrás. Pero es que yendo por Cieza, si las cosas se nos daban bien, podríamos haber metido otro AVE, aunque fuera un poco más pequeño, por donde iba antes el Chicharra de la FEVE. Tendría parada en Jumilla (que dispone de un paseo desde la estación que te caes de culo) con términi en Yecla. Eso sería un lujo, dirán algunos. ¿Y qué? ¿Acaso no habrían apechugado las municipalidades?

¡Ay! Bregando de por vida por un AVE 'en condiciones', y nos lo han dado 'con condiciones'. Menos mal que soterrarán El Carmen. ¡Pero, joder, a costa de una guerra urbana! Siquiera estaremos a cobijo cargados con las maletas. Y sobre todo que la capital no seguirá partida en dos, como si la puta vía fuera otro río.

Cómo nos la metieron.