Navidades Covid
LA ZARABANDA ·
Cuando Herodes se arrepintió de sus pecados y mandó vacunar a los niñosLos chavales se acordarán siempre de estas Navidades. Por el pinchazo, sobre todo, y porque Herodes tardó en encender el alumbrado en las calles. Menos ... mal que, como compensación, el Heresiarca se mostró esta vez benigno (quizás por viejo) y mandó que, en lugar de degollar a los bebés, fueran debidamente vacunados contra la Covid los de cinco a once años. Todos acudieron (no siendo como no son negacionistas) a los vacunódromos, donde se mostraron con la mascarilla puesta, tan disciplinados los pobrecillos. «¡No he notado nada!» –decían después de recibir la banderilla. Recién salidos como están del cascarón (nuevecicos de cuerpo y alma), tampoco soportaron una reacción demasiado molestosa.
Embadurnados por el ambiente navideño que huele a corteza de mandarina (villancicos se escuchan menos), no estaban para dolencias, sino para risas y regalos en el balcón. Llegaron los Reyes Magos, tal como tienen por costumbre. Aunque con una novedad un tanto penosa. Fue que Melchor agarró el virus, a pesar de que allá en Oriente (justo desde donde nos llegó la enfermedad) le habían administrado ya la tercera dosis. Debe de ser achaque que afecta a la realeza, pues hemos sabido que a la reina de Holanda le pasó lo mismo. Lo estaba llevando bastante bien el contagiado Mago, según cuentan quienes lo vieron en su recorrido. Lo único, pues que no cargó con peso ninguno, ni se subió a la escalera para depositar los regalos. Su lote lo repartieron los pajes, todos los cuales siguen en el Erte.
Los chiquillos de ahora, igual que manejan los aparatos informáticos con una habilidad diabólica, seguro que saben que los Reyes son quienes son. Pero, como les conviene hacerse los tontos, no se dan por enterados. Tocante al ambiente en general, estas criaturicas están muy bien informadas y son muy conscientes de que no lo tienen fácil. Saben, por la chica esta de Suecia, del cambio climático que les espera y, por la cuenta que les tiene, están a favor de que los Herodes del mundo tomen medidas. Esperemos que todos entren en razón y rebajen de verdad las emisiones de gases nocivos y demás guarrerías.
No corren buenos tiempos. Ni para la lírica, ni para la prosa.
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