Borrar

Marchando una de tinto para Trump

Así no pondrá trabas a los 'jumilla', 'yecla' y 'bullas'

GARCÍA MARTÍNEZ

Martes, 25 de junio 2019, 09:22

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Quién me iba a decir a mí que a los seguidores de los vinos murcianos, solo por ser seguidores, nos iba a quitar el sueño el señor Trump. Ni nosotros en calidad bebíteros, ni los bodegueros en calidad exportadores, teníamos de momento intención de emigrar a Estados Unidos desde México. Colarnos allí es lo único que podría enfadar al rubio mandatario. Pero resulta que la política restrictiva de Trump pudiera afectar también a nuestros acreditados vinos.

Todo viene de que este hombre «ha dejado ver su intención de aplicar mayores impuestos a los caldos franceses».

-¡Cet Trump est un autarcique, jodeg!

Cuidadito con las palabricas, no vayamos a romper la baraja de las actuales relaciones, que no son malas. Eso de la autarquía no lo ha dicho nadie de por aquí, sino un vinicultor francés. El temor es que la pepla arancelaria afecte a todos los vinos de la Unión Europea. Pero los de Murcia no tenemos ninguna necesidad de encabronar a Trump, sino procurar la concordia. Y, en vez de maldecirlo con justo encono, hay que colmarlo de bendiciones, como reza la eterna canción 'Lágrimas negras'.

¿De qué forma deberíamos bendecir a Trump? Pues, a mis cortas luces, dándole a probar nuestros vinos. Porque la cosa no va de broma. Según las estadísticas, Yecla exporta a Estados Unidos el catorce por ciento; Jumilla, el nueve; y Bullas, el cuatro. Si nos quitaran esto de un plumazo, no nos íbamos a morir. Podríamos compensarlo aumentando los envíos a China. Pero bien pensado, más vale pájaro en mano. Si podemos trajinarnos a Trump, ¿por qué no intentarlo?

¿Cómo que cómo? Pues, tal como he sugerido, haciendo que beba (y, sobre todo, conozca de primer sorbo, si es que aún no la conoce) la sublime trinidad vinícola de Murcia. ¿'Etá' en lo que 'e'?

-¡Hombre que si estoy!

Maneras hay muchas. Desde acercarse a la Casa Blanca como el que no quiere la cosa y ponerle la aromática copa a la altura de la nariz, hasta traerlo para acá con alguna excusa convincente. Sin ir más lejos, invitándolo a la Fiesta de la Vendimia jumillana, visto que se celebra dentro de nada. A mediados de agosto, vaya.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios