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Estábamos todos muy contentos por lo estupenda que viene siendo la esperanza de vida entre los murcianos. Es que te echas a la cara la página de esquelas (una de las más leídas del periódico) y te satisface comprobar que la gente de aquí, principalmente las mujeres, se mueren muy tarde, salvo lamentables excepciones que nunca faltan. Pero, por lo visto, esta gozosa mecánica se ha torcido una miaja.

La Consejería de Salud afirma que ha tenido lugar un estancamiento. Lo cual, quieras que no, preocupa. No porque este mundo nuestro sea nada del otro mundo. Si lo miras, ves en seguida que es manifiestamente mejorable. Sin embargo, nadie quiere abandonarlo. Ni siquiera los que se aburren. Cantan los números que «los recién nacidos en la Región tienen ahora una esperanza de vida de 82,22 años, cuando en 2013 llegó a ser de 82,57». ¿Eso es mucho o poco? Pues, hombre, tocante al vivir, cualquier añadido, por pequeño que sea, tiene mucha importancia. Me consuela pronosticar que, lo mismo que hemos superado otras peplas (como la variante de Camarillas, que ya está casi marchando), también dejaremos atrás esta mala racha.

En esto de morirse más o menos deprisa o más menos despacio, hay un asunto que llama mucho la atención. Resulta que, desde la perspectiva comarcal, se ha sabido que la esperanza de vida es sensiblemente menor en el litoral (y sobre todo en Cartagena) que en las comarcas del interior. Esto es algo que no acabo de ver claro, pues siempre se ha dicho que la brisa del mar te da vida, como si dijéramos.

-Ya. Pero las cifras son las que son. Y nos hacen saber también que, lo que es en Cieza, la gente vive casi dos años más (83,25 años) que en Cartagena (81,30). Me pregunto a qué podrá deberse esto.

-Puede que a los melocotones.

Ya que lo sugiere usted, pudiera ser. El periódico acaba de publicar una entrevista con el presidente de Cajamar, en la que asegura que «Europa quiere salud y, por eso mismo, el consumo de frutas y hortalizas no deja de crecer».

-Y, luego a luego, la espectacular floración ciezana, que resucita a un muerto.

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