Basura murciana

En eso tengo que darle la razón al lector, cuyas observaciones siempre me agrada tenerlas en cuenta.

–¿Por?

Pues por atinadas. De modo que más basura que nosotros solo la generan, por este orden, Baleares, Cantabria y Canarias. Los de aquí de Murcia facturamos, por así decirlo, 510,4 kilogramos. Media tonelada, vaya. Está bien, ¿no? Tú reúnes en un solo montón esa misma cantidad y la verdad es que te pasmas. En todo lo demás andamos por debajo de la media nacional. Por tanto tomemos este dato que nos sitúa a la cabeza de la escala con un legítimo sentimiento de orgullo.

Me asalta, sin embargo, una duda. Esta enormidad de basura que llamaremos murciana, ¿incluye nuestros excrementos como personas humanas? Porque, si fuese que sí, sería para estar aún más satisfechos. No por nada, sino porque eso significaría que nos alimentamos en mayor medida que los demás. Solo falta saber (pero ya veré yo de preguntarlo en Gobierno Civil mismo) si ese 'más comer' es también 'mejor comer'.

Dicho esto, como se expresan los tertulianos de la tele, me entra una duda terrible. Si el Mar Menor está como está, ¿no será que nos hemos cagado dentro? Aunque si, como dicen, lo principal que soporta la laguna son nitratos, faltaría saber si nuestras defecaciones contienen ese material. Nitrato es (químicamente hablando) 'una sal formada por la combinación del ácido nítrico con una base'.

Ahora bien, como ciudadano que soy de una patria chica a la que amo, me resisto a creer que, en esos 510,4 kilos de basura, se incluya la mierda particular de cada uno de nosotros. Más me inclino a suponer que dicha marranería se depura convenientemente, para pasarla después al consumo humano. O sea, lo que se llama la cadena del reciclaje. Si nos preguntáramos: '¿Debemos sentirnos contentos los murcianos de nuestra producción de basura?', yo diría que ni sí, ni no. Y ojalá que esto no se entienda como un deseo mío de salirse por la tangente.