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En una provincia como la nuestra, en la que siempre predominarán los irredentos secanos (siendo el regadío una gozosa excepción), las cabras constituyen una bendición de la Naturaleza. Más allá de la simpatía fraternal que les profeso desde mi lejana infancia, reconozcamos que son un importante activo murciano desde la perspectiva económica. ¿O no?

-¡Sí, joder!

Si vinieran mal dadas, nuestra cabra se mantiene casi del aire. La echas al atochar y ella solica va de acá para allá, ramoneando alguna yerbecilla en la umbría, poca en la solana. Digo que se apaña con lo que nadie aprecia. Hubo una -tan pobre y mísera estaba- que se comió un saco de cemento (vacío, claro) de esos de papel, rociado con agua, para hacerlo más digestivo. Alimentada de tan triste guisa, la murciana cabra te rinde el mil por uno. Te da su leche, su carne y hasta su piel para hacerte una petaca.

-Las petacas ya no se llevan, jefe.

Quien dice una petaca dice una bonita mariconera. O una pelliza para defenderse del frío que, por fin, ha regresado este invierno. Ya que hablamos de petacas y del mundo rural, le voy a trasladar a quien leyere, si me lo permite, unos versos muy inspirados, en homenaje a San Isidro. Dicen así: 'San Isidro Labrador, / pájaro que tanto anidas. / No le pegues más al niño, / que ya apareció la petaca'. ¿Cómo se le queda el cuerpo al lector?

Con la cabra, al contrario de lo que ocurre con las personas, nunca te equivocas. Dicho lo cual, añado con sumo gusto que nuestra cabaña caprina anda boyante. Ahora mismo disponemos de doscientas quince mil, cabra arriba, cabra abajo. Y, además de rentabilizarlas por lo que producen, las exportamos tan ricamente a Irán y Marruecos, sobre todo.

Si por mí fuera, incluiría una cabra en el escudo de Murcia. Y si acaso eso no gustara en San Esteban, trasladaría la propuesta a mi amiga, la alcaldesa de Jumilla, para que proponga al plenario que incluya a este animalico en el jumillano blasón. Que para algo existe en este municipio altiplano un microclima favorecedor de que nazca y resida allí el mejor cabrito del mundo.

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