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De alienígenas

Ahora resulta que no existe un protocolo para recibirlos

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Martes, 11 de diciembre 2018, 01:33

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Me acabo de enterar y es que no doy crédito. No entiendo que un asunto tan de importancia mundial no lo tenga resuelto la autoridad. Una publicación ha puesto encima de la mesa una pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez: 'Y si llegaran seres de otros planetas, ¿qué haríamos?'. El asunto tiene sus perendengues. Porque, anteriormente, no. Pero, en estos tiempos de ahora -que se califican de novísimos-, pues sí.

-Sí, ¿qué?

Pues, hijo, que hoy en día, tal como está el patio -con Trump allí y nosotros aquí-, sí parece más que probable que vengan a visitarnos personas (o lo que quiera que sean) procedentes de otro planeta. Y ahora me entero de que no existe un protocolo, al menos publicitado, sobre cómo deberíamos recibirlos.

Antes era distinto. Cada dos por tres nos llegaban noticias de la presencia en el aire de los famosos platillos volantes. Y no solo famosos, sino que llegaron a ser populares. Pero es que no paraban. Había temporadas en que lunes, miércoles, viernes y domingos teníamos platillo. El bombo, si no lo ponía Manolo, lo poníamos nosotros.

De la noche a la mañana -y esto también lo veo chocante- dejaron de verse esas naves con forma de lenteja. Me supongo que la espantada se debió a que ya habían tomado todas las anotaciones que debían tomar acerca de nosotros. Y lo siguiente era el viaje a la Tierra. Pero, pasan los meses y aquí no aparece un alienígena ni por asomo.

-Hay quien dice que ha visto alguno en las instituciones.

Quizás. Lo que pasa es que tú te topas por ahí con un individuo feo de cojones y lo más probable es que lo tomes por marciano. El mismo Trump que decíamos. Si lo miras con detalle, parece llegado de otra galaxia. Igual las altas instancias piensan que, como lo normal es que avisen antes de presentarse, ya habrá lugar para organizarles una bienvenida que esté bien.

-Un vino español.

Ya veremos. Pero, a mis cortas luces, se debería preparar con antelación un recibimiento 'ad hoc'. No basta con decir: '¡Hola, buenas! ¿Qué tal por su planeta?'. Y el alienígena: 'Pues, nada, tirandillo'.

Lo veo pobre, la verdad.

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