Feijóo es, exactamente, como el plato llamado 'zarzuela de pescados a la gallega'. Galicia, en mi opinión, tiene una agradecible gastronomía. La separa de ser ... la mejor del país la poca imaginación en las preparaciones, al contrario que la catalana. Soy muy partidario de la sencillez, no de la melancolía en los guisos. Conozco Galicia bastante mejor que mi región de origen y puedo decir con una pasable autoridad (sin dejarme llevar por mis reprensibles entusiasmos), que lo que gana en materia prima insuperable lo rebaja en el inexplicable temor a la gracia, a dotar de la potencia que sí tiene por ejemplo el que es sin duda el mejor cocido del país, con 'unto' rancio y cerdo salado y curado. Ocurre por ejemplo en un plato que es de una tristeza de hospital. Sólo le falta que te lo traigan a la mesa iluminado por tubos de lívido neón: la zarzuela de pescados a la gallega que es igual que Feijóo, incluso en el aspecto.
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No te reconcilia mucho con la vida llegar en una noche de llovizna galaica a un restorán (qué poco se utiliza lo de restorán hoy, que utilizaban nuestros escritores antiguos), pedir la mejor materia prima batida por un atlántico feroz, y que te traigan una enorme cazuela de barro con rodajas de peces pescados esa misma mañana, muchas veces de manera ilegal... pero cocinados de manera nada impresionante, con una ausencia de espíritu garantizada. Unos formularios guisantes aquí y allá, una flojera de aliño pasmosa, como si le hubiese dado un trombo a la mano del cocinero al ir a poner una pizca de esto o lo otro, una salsa espesa que siempre he querido pensar que era gelatina de pescado mal resuelta, para no sospechar del aglomerante 'maizena'... Los otros comensales empezaban a hablar bajo, en una especie de pésame y asomaba una lágrima. ¡Pobriños pescados de esa mañana! A veces los gallegos se ponen al fogón como cuitadiños e indecisos, y eso estruja el estómago. Qué bien hubiese venido un poco de ánimo.
Es lo que pienso cada vez que estoy ante una zarzuela de pescados a la gallega, ideal para octogenarios ingresados, y veo o leo a Feijóo: le falta menos gestoría 'hospitalaria' y más valentía para pegar a sus guisos un muñequeo de pimienta de cayena, a la vasca.
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