Interés etéreo
LA RAMPA ·
El 'interés general' es un paraguas que sirve para, por ejemplo, recortar el Trasvase
Nunca llueve a gusto de todos, dice el acertado refrán. Lo malo es que no llueva nunca, o casi, como secularmente viene sucediendo por estos ... pagos. El Trasvase Tajo-Segura, concebido hace 90 años y empezado a construir en 1966, estaba llamado a aliviar las desérticas tierras de Alicante, Murcia y Almería, función que comenzó su objetivo en 1979 con la llegada de las primeras aguas trasvasadas. Aunque en época de Franco las protestas se hacían con sordina, doy fe de que, durante los 12 años que duró la construcción del acueducto –probablemente la obra civil más importante de España– los levantinos ya recibíamos críticas desde la meseta. Ladrones de agua, nos decían, entre otras lindezas siempre aderezadas con peyorativas referencias a «la faraónica obra franquista».
O sea que, cuando nadie se planteaba caudales ecológicos ni cautelas ambientales, el Trasvase siempre ha sido cuestionado por quienes se consideran dueños del río Tajo por ser ribereños del mismo. Ahórrese pues argumentos técnicos el ahora influyente García-Page cuyas críticas, como las de sus predecesores Bono, Cospedal y Barreda, son muy anteriores a la preventiva alerta actual por el cambio climático.
Dicho esto, es verdad que la escasez de agua conlleva conflictos y que el Gobierno, cualquier gobierno, lo tiene crudo a la hora de resolver. Es muy difícil, imposible diría, conciliar la consabida presión política de Castilla-La Mancha con el ya obligado mantenimiento del caudal ecológico y evitar las pérdidas que ocasionará el recorte de agua a trasvasar. Pero, dice la ministra, «hemos de velar por el interés general».
De acuerdo. La Administración, como persona jurídica, sirve al interés general, pero ¿qué y cuál es el interés general? Eso es lo difícil de decidir porque, en nombre del interés general, se han hecho obras e infraestructuras en toda España (aeropuertos, túneles, polideportivos y hasta pista de esquí seco) que han resultado ser significativamente contrarias al interés general. El Gobierno ha decidido que recortar de golpe casi la mitad del aporte del Trasvase, que supondrá la pérdida de 15.000 empleos y 5.700 millones de euros, es de menos interés que resistir a las presiones político-ambientales y alargar el plazo para incrementar el caudal ecológico del Tajo hasta que estén garantizados los recursos adicionales de las desalinizadoras y fijado un precio asequible para los agricultores. Cuestión de criterios.
Pero permítasenos decir que este criterio lleva a confusión sobre lo que verdaderamente es el interés general.
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