En febrero Chema Alonso, experto en ciberseguridad, y Arturo Pérez-Reverte presentaban el proyecto Maquet (como Auguste Maquet, el escritor fantasma más famoso de los ... que colaboraban con Alexandre Dumas padre). Maquet es un programa de inteligencia artificial entrenado para imitar el estilo de las novelas de Alatriste. Este programa resulta casi naif en comparación con la evolución de los últimos meses de aplicaciones que son capaces de elaborar textos complejos a partir de una simple premisa. En un futuro, ¿podrá la inteligencia artificial escribir novelas por sí misma? ¿Incluso imitando el estilo de nuestro escritor de referencia?
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Todo parece indicar que no tardará mucho. De hecho, la inteligencia artificial ya se aplica en el periodismo deportivo, con la escritura de artículos a partir de los resultados de los partidos.
El funcionamiento teórico de la IA es sencillo. Mediante cálculos probabilísticos, la IA descubre pautas y aplica variaciones buscando la creatividad. Pero la IA no es creativa en realidad, simplemente replica, su sesgo es el del material con el que cuenta en su memoria. Según los expertos, la creatividad es lo último que una máquina aprenderá a desarrollar, pero vaticinan que lo hará.
Y aprenderá a aplicar las sutilezas morales y las paradojas de los personajes. También aprenderá a detectar cuándo un texto está correcto y finalizado, o qué aspectos concretos debe revisar y mejorar.
La IA puede ser una herramienta útil y ayudar a las editoriales a hacer una primera valoración de un manuscrito. La IA identificará estilos semejantes entre autores, detectará plagios y errores.
¿Los escritores debemos preocuparnos? ¿Nuestro trabajo está en vías de extinción?
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Creo que los escritores de novelas que se basan en fórmulas literarias pueden ser las primeras bajas, porque estos escritos son fáciles de reproducir, incluso para una máquina.
Sin embargo, la literatura es una forma de comunicación entre el escritor y el lector. El escritor muestra una posición frente al mundo y el lector, mientras lee, siente la presencia del escritor. Hay una empatía entre ambos que una máquina jamás podrá incitar.
Al final los lectores tendrán la última palabra. Las novelas generadas por IA serán ideales para aquellos lectores que busquen una historia desarrollada en función de aspectos que ellos introduzcan en la máquina, en definitiva, aquellos a quienes solo les importa que la historia reproduzca sus fantasías. Desde luego, los autores de autoficción pueden dormir tranquilos.
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Me imagino un futuro donde los lectores hablen de sus lecturas y pregunten: ¿tú eres más de novelas de escritor o de novelas de máquina?
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