Señor Don Mar Menor

Suena bien: Señor Don Mar Menor. Dirección a efectos de notificaciones: Laguna Salada, s/n. Cartagena, Los Alcázares, San Pedro, San Javier. Región de Murcia, España. Correo de contacto, el de su Comité de Representantes. Teléfono, el de Teresa Vicente, el de Miguel Ángel Esteve, el de Mario Pérez, pero también el mío, el de mi familia, el suyo que está leyendo esto, así como el de cada uno de los números de teléfono de las más de 600.000 personas que firmaron para obtener la personalidad jurídica del Mar Menor.

Don Mar Menor tiene NIF, faltaría más, como todas las personas que en democracia nacen con derechos por el hecho de serlo. A mí, o a usted, no se nos pueda tratar mal o cometer injusticias con nosotros porque denunciamos al responsable y a este se le juzga y si es culpable lo paga. Pues al Señor Don Mar Menor tampoco. A algunos esto le parecerá extravagante, a mí me parece universalmente hermoso.

Tengo la duda de qué edad legal habría de atribuirle al Señor Don Mar Menor en el que sea su documento de identidad. Si por geología fuese, sería la persona más vieja del mundo, tanto que millones de años, un Matusalén ecosistémico que aún está entre los vivos. Entonces, en este orden de cuentas, el Señor Don Mar Menor es un abuelo muy venerable.

Aunque si fijamos su fecha de nacimiento en la de la promulgación de la Ley para el reconocimiento su personalidad jurídica, entonces el Señor Don Mar Menor es casi un bebé, un niño de pecho.

¿Y en qué coincide la consideración de las personas muy mayores y los bebés en las sociedades sanas y éticas, de aquí al Japón, en el mundo entero? Exacto, en que los abuelos y los niños son sagrados. Se les cuida y se les protege. Hasta en las guerras son los primeros que alimentar y poner a salvo.

¿Y cómo las personas de bien vemos a quien se atreve a levantar la mano contra un abuelo o un niño de pecho? Exacto. Lo mismo que pensaremos de quien se atreva a golpear al Señor Mar Menor, a mandarle contaminantes, a quitar normas que lo protejan, a perderle el respeto o a hacerle cualquier tipo de daño.