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Hablando a una vaca

Es evidente que nuestros políticos tienen unos asesores con serias lagunas en su formación y que quedan a años luz de sus homólogos norteamericanos

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Viernes, 30 de noviembre 2018, 23:09

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Corren tiempos convulsos y después de ver las imágenes que inspirarán la peli 'El hombre que susurraba al oído de las vacas' debo confesar que he quedado conmocionado ante tamaña gilipollez, tontuna, ridículo o como le quieran ustedes llamar. Es evidente que nuestros políticos tienen unos asesores con serias lagunas en su formación, que no tienen ni idea de lo que es el marketing político y que quedan a años luz de sus homólogos norteamericanos, que de esto saben un huevo. Estos de aquí, que viven a tope, gastan mucho, llevan trajes caros y son venerados por las estructuras de los partidos, son una mezcla de pelota redomado, palmero y recolector de tópicos, que llevan a sus líderes a hacer los más espantosos de los ridículos y a perder votos a cascoporro.

La adulación. Todo aquel que tenga dos dedos de frente sabe que la adulación es un potente afrodisíaco que se ha llevado por delante a mentes prodigiosas, geniales artistas y brillantes políticos. Iván Redondo colocó a Sánchez en Moncloa con 83 diputados. Eso es un asesor, un tío que sabe. El resto queda a años luz de esto. El último ejemplo, las tontunas que, en este tramo final de campaña, no para de hacer el candidato popular a la Junta de Andalucía. Aunque parezca que no, el deterioro que sufre un político con estas 'brillantes jugadas' de sus asesores pasa factura. De entrada, no se entiende que los aparatos de los partidos presenten candidatos así: este hombre, el tal Juanma Moreno, es más soso que un helado de madera. No es el primer caso: candidatos grises, poco brillantes, limitados, que no aparecen ni en las encuestas porque la gente no los conoce... no se entiende.

'Apparatchiks'. Y es que las grandes estructuras de los partidos terminan eligiendo, doblegándose a estos 'apparatchiks' que sí dominan el partido, llevan horas y horas de reuniones, comidas, conspiraciones y controlan el aparato, pero a la hora de la verdad tienen el mismo magnetismo que un gato de escayola. Y claro, ahí entran los 'asesores'. Es una evidencia que el único secreto del éxito social y mediático radica en la naturalidad. Vean si no el ejemplo tristemente conocido de Belén Esteban. En comunicación, si intentas parecer lo que no eres, se te ve el culo. Y eso es lo que no entienden estos políticos grises y los pelotas que les asesoran. Si no eres gracioso, tío, pues no lo eres y punto. Si vas a una tele e intentas pasar por ocurrente, brillante, inteligente, cercano y gracioso, y no lo eres, pues acabas saliendo en 'El intermedio'. Por eso lo de Fer y Paz Vega fue una cagada o lo de este pobre, Juanma Moreno, con su vídeo de Star Wars o el de 'mis diálogos con Lucinda' está reventando todos los parámetros en medición de la vergüenza ajena.

El emperador está desnudo. Son muchos los asesores, ayudantes y meapilas que rodean a un candidato. Y pocos, casi ninguno, se atreven a coger por las solapas a su hombre y decirle: «Espabila, chaval»; como hacen los directores de campaña americanos que no consienten este tipo de tontunas. Ninguno de los pelotas que rodean al prohombre se atreven a decirlo: ¡El emperador va desnudo! Y el político de turno recibe, no nos equivoquemos, un mal servicio. En lugar de destacarle sus cagadas y evitar que las haga, estos 'asesores' les dicen: «Has estao cumbre» o «¡Qué campechano eres!», y el otro, tan contento. Me gustaría, aunque sé que no se debe, dar un consejo a nuestros políticos: querido candidato, si una ocurrencia, una parida o una iniciativa tuya sale en 'El intermedio'... a un paso atrás, socio. Cuando tus chorradas dan de comer a los cómicos, cuando alimentas un espacio satírico día sí y día también, es que no estás acertando como candidato. Bien está que faciliten el trabajo a los sufridos guionistas, no me cabe duda de que ellos y sus familias lo agradecen, pero seguro que el partido en cuestión, no.

Van 'apañaos'. No sé muy bien qué pasa en el PP pero se llevan la palma. Los otros también están bien servidos: el rap de Monedero, las gafas de sol de Pedro Sánchez o las 'boutades' de Rivera son de órdago; pero es que entre las paridas de Casado, Teo, Fer y ahora este fenómeno que ha resultado ser Juanma Moreno, te escriben una temporada entera de 'Muchachada nui'. Yo despediría así como a dos mil asesores de los que tienen ahí dentro, les urge.

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