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Los reyes de los belgas son muy de gestos. Balduino abdicó un rato en 1990 (36 horas) para no firmar la ley de despenalizaciónn del aborto. Balduino, entonces de 59 años, era muy creyente, así que pidía al Gobierno una solución constitucional para evitar su firma. Una solución quiero, como en el anuncio. La Constitución permitía una incapacidad temporal. Los desmanes de Leopoldo II no parecían entrar en sus creencias.

Ahora su sobrino Felipe pide perdón al Congo. En una carta al presidente del paí­s que fue propiedad de Leopoldo II (tiene gracia que se llamara Estado Libre del Congo), «lamenta profundamente» los «actos de violencia» y el «sufrimiento» infligidos a la nación que ahora celebra el 60 aniversario de su independencia. La población del Congo pasó a finales del siglo XIX de 20 millones a 10. Se habla de genocidio, aunque ese sea un término que no existía antes de 1944, cuando Rafael Lemkim, abogado polaco, describió la polí­tica nazi de asesinatos sistemáticos. «Un plan coordinado compuesto por diferentes acciones que apuntan a la destrucción de los fundamentos esenciales de la vida de grupos nacionales, con el objetivo de aniquilar dichos grupos». En Núremberg se acusó a los nazis de 'crí­menes contra la humanidad' y 'genocidio' se incluyó en el acta, pero como algo descriptivo. Leopoldo II a lo mejor no quería exterminar grupo alguno. Querí­a caucho. También cortó muchas manos en su finquita africana.

Un ex concejal verde británico ha pintarrajeado la casa museo de Dickens. Y asegura que era un «notorio racista genocida». ¿Cómo vas a entender la cabeza de esta gente? O la de una mujer que se quiera casar con Pablo Iglesias.

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