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Esperando a los bárbaros

APUNTES DESDE LA BASTILLA ·

Los museos se han convertido en trincheras. En el campo de batalla donde jóvenes creen poder esparcir sus reivindicaciones a golpe de ataques contra el patrimonio

Domingo, 13 de noviembre 2022, 08:36

Ocurrió hace un mes, en los Museos Vaticanos, y la semana pasada, en el Prado, la segunda patria que llamaba Ramón Gaya. La naturaleza de ... los hechos es diferente, pero los resultados, la estética de violencia y el compromiso con la ignorancia comunican estas dos acciones. La primera la provocó un turista al derribar dos bustos romanos de la sección Chiaramonti. Señores anónimos del siglo I a.C., de la misma época que los discursos de Cicerón y las puñaladas a César. Inmóviles, derramadas de la historia, sin que nadie vaya a socorrerlas, cayeron al suelo ante el estupor de las demás estatuas que temían correr la misma suerte. La del Prado agrupó más prensa y sesiones de TikTok. Dos jóvenes se pegaron a los marcos de las Majas de Goya, una la vestida, otra la desnuda, y montaron su performance frente a la dignidad del erotismo de la duquesa y la impotencia de la pobre guardia de sala, que en la soledad de sus gritos hubo de gestionar a mirones y asaltantes.

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