Escritores que no leen
A CARA DE LIBRO ·
Hace unos días encontré esta frase: «A muchos de los escritores que conozco no les gusta escribir. Lo único que les gusta es ser escritores»Los escritores solemos camuflar nuestras opiniones entre las palabras de nuestros libros. No se debe abusar de este recurso porque se nos vería el plumero, ... y resultaría un libro panfletario e incluso rencoroso, vengativo o mesiánico. Por eso, solo lo usamos cuando se trata de algún asunto que nos incomoda mucho.
Hace unos días encontré esta frase en un libro: «A muchos de los escritores que conozco no les gusta escribir. Lo único que les gusta es ser escritores. Ni siquiera les gusta leer. Si les gustara su oficio, si leyeran, no escribirían la mierda que escriben». Estaba negro sobre blanco en el libro 'Sinántropos' de Carlos Bassas, un libro cuyo tema central es la venganza. Por supuesto, Bassas puso estas frases en boca de uno de los personajes, un viejo escritor. Pero la opinión era suya, creó el personaje ad hoc para poder despacharse sobre un asunto que le incomoda mucho.
Tuve la oportunidad de comentar con él este pasaje. Y sí, hay escritores que solo disfrutan de ser escritores, del halo que les da este oficio (un halo cada vez menos fulgurante, no es este país para escritores). Son personas que no disfrutan con la lectura y que no leen ni siquiera para seguir aprendiendo, como una manera de mejorar su propia literatura.
Pero lo más curioso de todo es la paradoja que se produce en algunos casos: el hecho de que no les guste tu profesión no quiere decir que no puedan triunfar en ella.
Decía la escritora Clarice Lispector: «La vocación es diferente del talento. Se puede tener vocación y no tener talento. Es decir, se puede ser llamado sin saber cómo ir». Pero lo curioso de esto es que se puede triunfar sin ni siquiera ser llamado y sin saber cómo ir. El azar juega sus cartas y encontramos autores de rotundo éxito comercial sin una pizca de talento, cuyas obras son producto (recalco, producto) de una fórmula comercial que repiten hasta la saciedad, y que además se jactan de ello.
La profesión de escritor parece una profesión vocacional. Por eso nos produce tanta extrañeza la existencia de estos seres no lectores. Sin embargo, este hecho no me preocupa. Más inquietantes son los políticos a quienes no les interesa el servicio público o los profesores a quienes no les interesa enseñar. Este sí que es un asunto que me incomoda.
Dentro de lo que cabe, un escritor que no lee es un ser inofensivo.
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