Escritores de otra época
A CARA DE LIBRO ·
Las ideas no aparecen de repente. Si algunos escritores no las incorporaron a su bagaje, no fue porque no existieranHace un tiempo estaba leyendo 'Tatuaje', una de las obras pioneras de la novela policíaca en España, cuando encuentro una escena en la que Pepe ... Carvalho, el mítico detective de Montalbán, abusa sexualmente de una mujer, en una escena que hoy clasificaríamos como de apología de la violación.
La escena es la siguiente. Carvalho está investigando un caso y se cita con una mujer muy atractiva, cree que le puede aportar información relevante. Ella acude a la casa del detective pensando que va a tener un encuentro amoroso. Al llegar, él la interroga. Como no obtiene las respuestas esperadas, le arranca el vestido y lo arroja al fuego. Después le sujeta con firmeza la cabeza y la acerca al fuego. Una vez satisfecho con la información, el detective cree ver deseo en los ojos de la mujer y mantienen relaciones sexuales. Si después de que una persona te queme la ropa y te amenace con desfigurarte, tienes ganas de mantener relaciones sexuales con ella, creo que tu próxima cita debería de ser con el psicólogo.
En este libro hay otras perlas similares, pero cuando comento esto con algunos lectores y lectoras, me argumentan que a finales de los años 70 el machismo campaba a sus anchas. Que no podemos valorar a los escritores del pasado con mentalidad actual.
Si damos por bueno ese argumento, asumimos que cada época tiene un único pensamiento, una única forma de entender la realidad. Es decir, el estibador del puerto de Barcelona, el limpiabotas de las Ramblas y Montalbán compartían la misma visión del mundo.
Entonces, ¿cómo se producen los cambios? ¿Quiénes aportan las nuevas ideas que provocan que una sociedad cambie?
No podemos caer en el reduccionismo, en cada época conviven diversas visiones del mundo, que pugnan o dialogan entre sí, y que dan lugar a nuevas ideas. Y hasta puedo entender que el estibador y el limpiabotas no se entretuvieran en analizar su privilegio de género. Pero los escritores de aquellos años eran intelectuales que conocían la obra de Simone de Beauvoir, que publicó 'El segundo sexo' en 1949. O la de Virginia Woolf, cuya obra 'Una habitación propia' vio la luz en 1929. Y si nos quedamos en España, Lidia Falcón, cuatro años mayor que Montalbán, en los 70 ya había iniciado su activismo político.
Las ideas no aparecen de repente. Si algunos escritores no las incorporaron a su bagaje, no fue porque esas ideas no existieran. Más bien fue porque no querían que el mundo cambiara, vivían cómodos con las viejas ideas.
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