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Obcecación secesionista

La continuidad del independentismo en la Generalitat mantendrá el desgobierno en Cataluña y la inestabilidad en el resto del país

La Verdad

Murcia

Sábado, 27 de marzo 2021, 10:47

La Generalitat de Cataluña continúa en la inestabilidad diez años después de que el nacionalismo convergente, que Artur Mas heredara de Jordi Pujol, se inclinase ... hacia el independentismo. Transcurridas seis semanas desde las autonómicas del 14 de febrero, convocadas precisamente porque el Parlamento anterior no fue capaz de ponerse de acuerdo para investir a un presidente que sustituyera al inhabilitado Quim Torra, ayer la Cámara catalana rechazó en primera votación la candidatura de Pere Aragonès. Un independentismo dividido en tres grupos con representación parlamentaria –ERC, Junts y CUP–, que se jacta de ostentar una mayoría favorable a la secesión, sigue siendo incapaz de conciliar sus diferencias y continúa sometiendo el interés común de los catalanes al marcaje mutuo que ejercen Borràs, Aragonès y las asambleas anticapitalistas. La disputa interna en el independentismo lo inhabilita para hacerse cargo del gobierno de Cataluña, porque impide que cuando menos una parte de él se libere de la comunión secesionista para establecer un espacio de diálogo franco entre distintas formaciones parlamentarias, y de la Generalitat con las instituciones centrales del Estado constitucional. Su obcecación independentista genera tales recelos e inquina entre los tres grupos que tratan de reducir el sentir diverso de la Cataluña plural que les impide siquiera una administración mínimamente responsable de los intereses públicos. Porque ello requiere dosis de concordia, pragmatismo y respeto a la legalidad que no están al alcance de quienes se disputan minuto a minuto la autenticidad independentista.

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