La tragedia del terremoto de magnitud 7,8 que ha sacudido parte de Turquía y Siria, con más de 6.000 edificios colapsados, una cifra ... de muertos escalofriante (de momento 50.000 y se estima que 200.000 personas permanecen bajo los escombros), y más de un millón de personas sin hogar, pone claramente de manifiesto la importancia de cumplir la normativa sismorresistente en el proyecto y construcción de nuevos edificios para garantizar la seguridad de las personas.
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Aunque los edificios sismorresistentes puedan sufrir daños en una sacudida sísmica, lo realmente importante es que no colapsen para salvar vidas, evacuar a sus ocupantes de forma segura y facilitar la intervención de los servicios de emergencia. Además, estos edificios se pueden reparar con mayor facilidad y a un menor coste que aquellos que, no habiendo sido diseñados de esta forma, aún permanezcan en pie. Aunque diseñar de modo sismorresistente provoque un leve aumento en el coste de la estructura, puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en el caso de producirse un terremoto. La inversión, por tanto, merece mucho la pena, pues protege la vida de las personas y sus bienes.
Aunque en España no es probable que sucedan terremotos tan intensos como el de Turquía y Siria, en la Región de Murcia, al igual que en el resto de zonas sísmicas españolas (sobre todo el sur, el resto del sureste peninsular y las Islas Canarias), los edificios se han venido diseñando con cierta resistencia ante terremotos de magnitud media desde que se publicó la primera norma sismorresistente en los años 70, y sobre todo desde la última norma en vigor de 2002 (NCSE-02), la cual ha sido sensiblemente mejorada por una nueva (NCSR-2022) cuyo borrador debe estar a punto de aprobarse.
Aunque los edificios sismorresistentes puedan sufrir daños en una sacudida, lo importante es que no colapsen
Lo que aprendimos de la experiencia sufrida en el terremoto de Lorca de 2011, salvando las distancias con el de Turquía y Siria (la magnitud de 7,8 en la escala Richter, al ser logarítmica, implica una liberación de energía equivalente a 56.000 terremotos de Lorca, cuya intensidad fue de 5,1), fue, entre otras lecciones, la importancia de formar a evaluadores de estructuras dañadas por un sismo y a proyectistas y supervisores de obras de edificación de acuerdo a la normativa sismorresistente, una vez comprobado que, en muchas ocasiones, los fallos provienen de no aplicar estrictamente la norma o bien de minusvalorar la importancia de aplicarla con rigor. A este respecto, fue una experiencia exitosa la organización de comités técnicos de los que emanaron guías e informes de aplicación que tan útiles han sido posteriormente en el proyecto y la correcta ejecución y seguimiento de las obras de edificación en la Región de Murcia.
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En este sentido, investigadores de la Escuela de Ingeniería de Caminos y de Minas de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) estamos inmersos en un proyecto de generación de conocimiento que busca evaluar la susceptibilidad ante terremotos de los suelos de Granada y su área metropolitana. Este proyecto permitirá generar mapas de microzonación y vulnerabilidad más fiables, lo que facilitará la toma de decisiones en materia de planificación, diseño y construcción.
Cabe recordar que investigadores de la UPCT también realizaron estudios de microzonación en Lorca para detallar los peligros de futuros sismos en la ciudad y el tipo de estructuras más convenientes en cada zona de la localidad para evitar riesgos. Y también han analizado cómo se trasmitirían las ondas de un terremoto en los suelos bajo la catedral de Murcia.
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A modo de conclusión, es fundamental que la sociedad se conciencie de la importancia que tiene adoptar medidas que garanticen suficiente seguridad de los edificios frente a futuros terremotos para prevenir daños y, lo más importante, para salvar vidas. Desde el punto de vista técnico, se debe seguir escrupulosamente la normativa sismorresistente en su aplicación al proyecto y construcción de edificios. Desde el punto de vista institucional, se debe impulsar la investigación en esta materia, para que proyectos como el que se está desarrollando en la Escuela de Ingeniería de Caminos y de Minas de la UPCT sigan generando conocimiento y herramientas que permitan mejorar la respuesta estructural de las construcciones frente a un sismo.
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