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Por un poder judicial independiente

Jueves, 20 de febrero 2020, 01:13

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Quiero empezar con unas líneas de David Gistau, recientemente fallecido, un gran periodista de esos que marcan época. Las escribió un mes después de la moción de censura a Rajoy en un artículo titulado ‘La picadora’. Su reflexión fue la siguiente: «El esfuerzo por terminar con la corrupción ha ido transformándose en el mero pretexto para que unos cuantos fiscales populares caracterizados ideológicamente y provistos de plataformas expansivas en la televisión azucen a conveniencia los odios sociales y decidan quién debe y quién no ser subido a la carreta de la guillotina. Esto es posible porque vivimos en la apoteosis del pequeño odiador venido a más y porque no hay contrapeso alguno, dado que los políticos o utilizan a conveniencia esta picadora o viven con el pavor impreso en el rostro a descubrir una mañana que los han introducido en ella».

Acertaste de lleno, David. Hoy, todo este Gobierno de coalición está metido en esa ‘picadora’ llamada a destrozar España, acosados por demasiados acreedores separatistas. Mi intención solo es arrimar el hombro y contar mi opinión de lo que está pasando con nuestra Justicia.

Como ciudadano, defiendo y clamo por un Poder Judicial libre e independiente de verdad, sin etiquetas políticas a su alrededor. Solo la ley garantiza la seguridad de los ciudadanos y en reciprocidad debemos obedecerla.

Nuestra Constitución en su artículo 9.1 nos dice que «los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a ella y al resto del ordenamiento jurídico». La Justicia es un pilar básico del Estado. Aquella nación que no tenga una auténtica separación de poderes carece de Constitución y de paz social. Los ciudadanos tenemos el derecho a una Justicia independiente y eficaz. Tan necesaria como la del Poder Judicial es la independencia del Ministerio Fiscal. Defiendo, como cualquier español, el modelo de fiscal independiente sujeto a nuestra Constitución. El artículo 124 nos dice que el Ministerio Fiscal interviene «de oficio o a petición de los interesados», pero no es justo hacerlo siguiendo instrucciones y, menos aún, órdenes del Gobierno. Creo honestamente que un fiscal no puede ser propiedad de nadie.

Lo que realmente está pasando con la Fiscalía General del Estado, propuesta y puesta por este Gobierno, no es de recibo y más debido a su inseparable pasión por las siglas PSOE. Señora Delgado, este cortijo no es suyo, no debe utilizarlo para sus fines políticos.

Es muy triste y deprimente una carrera judicial en la que con frecuencia la forma de ascender en el escalafón, aparte de la antigüedad, se incline por el camino más rápido, las buenas relaciones con los partidos políticos. Creo firmemente en un sistema de oposiciones a la carrera judicial como el mejor sistema, ya que garantiza la ecuanimidad. Con él todos los aspirantes compiten con las mismas oportunidades.

¡Aviso a navegantes! Vamos con rumbo de colisión, con piratas saltando por la borda al barco de nombre en sus amuras, ‘Justicia’.

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