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Ese mundo desconectado

Apoyado en su bastón, un anciano sale de una entidad bancaria titubeante y con su cartilla de ahorros en la mano se dirige al cajero automático. Hace fila con paciencia. Solo quiere un poco de su dinero

MARTA FERNÁNDEZ ORTEGA

Domingo, 30 de enero 2022, 10:44

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Apoyado en su bastón, un anciano sale de una entidad bancaria titubeante y con su cartilla de ahorros en la mano se dirige al cajero ... automático. Hace fila con paciencia. Solo quiere un poco de su dinero. Desde que prejubilaron a Manolo, que le atendía y le ayudaba con los trámites, ir al banco le resulta una pesadilla. Mira a ese aparato del demonio sin saber ni cómo meter la cartilla. Al estar en la calle, el sol difumina la pantalla. Se siente solo ante la máquina y se pregunta cómo es posible que le pase algo así a él que lleva más de cincuenta años con su dinero en ese banco. Los que están detrás de él lo miran con cierta ternura, atentos, como protegiéndole solidariamente, conscientes de que pueden robarle. El anciano, al fin se va y todos lo ven marchar. Alguno quería ayudarlo, pero temía ofenderle o inquietarle.

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