Aranceles, arma de guerra

Esto esconde una debilidad de costes, más altos; o de calidad, inferior a las del exterior. Los consumidores que pueden optan por los productos importados, otros tienen que comprar los nacionales. Hay otras formas más sutiles de establecer barreras –vía normativas de calidad, idiomas, características de los productos– que crean aranceles virtuales, cada vez más fáciles de saltar.

Actualmente se tiende a utilizar los aranceles de una manera nueva, se trata de castigar o atacar a otros países por sus comportamientos en áreas diferentes a lo económico y comercial, a veces por algo hecho en el pasado. Es dudoso que consigan su objetivo, pero alteran los equilibrios, generan contramedidas similares y sentimientos negativos entre países. Como en la guerra, los aranceles son la continuación de la política por otros medios.