Discalculia

Si partimos de la premisa de que mis neuronas están bastante oxidadas, descoordinadas o, quizás, posiblemente, apagadas, porque con esto del ahorro energético más bien están a oscuras, comprenderán que el texto de mi razonamiento puede resultar falluto

JUAN LEGAZ PALOMARES

Sábado, 5 de noviembre 2022, 11:13

Si partimos de la premisa de que mis neuronas están bastante oxidadas, descoordinadas o, quizás, posiblemente, apagadas, porque con esto del ahorro energético más bien ... están a oscuras, comprenderán que el texto de mi razonamiento puede resultar falluto.

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Para no errar en su definición me asesoro del diccionario de la RAE, que señala que discalculia es «una condición que dificulta resolver operaciones matemáticas, así como realizar tareas que requieran usar las matemáticas». No es tan conocida o entendida como la dislexia, pero algunos expertos creen que es igual de común. Con respecto a su etimología, el diccionario nos aclara que proviene del griego y latín, que significa «contando mal». El prefijo 'dis' proviene del griego, y significa mal. 'Calculia' viene del latín 'calculare', que significa contar. En conclusión, es una discapacidad del aprendizaje que dificulta entender, aprender y resolver operaciones matemáticas y basadas en números. Por lo que todos tenemos la misma probabilidad de padecer discalculia.

A raíz de todo este embrollo de las subidas de precios, de la locura disparatada de la energía, de los ininteligibles recibos de la luz, pues ya no sé si tengo discalculia, dislexia y no sé cuántos más cruces cerebrales que trastornan la normalidad neuronal. Por tanto, me ampararé en el poco sentido común que me queda.

Verán, cuando escucho o leo las explicaciones con las que nos obsequian nuestros representantes políticos con respecto a la economía, a la energía y otras zarandajas, dudo mucho que sepa contar hasta cien y, hasta creo que, de diecinueve me llevo dos porque está más cerca de veinte que de diez. Confundo números con letras o letras con números, ya no sé si padezco discalculia o dislexia.

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Tal vez, para los sesudos economistas, matemáticos y demás asesores que informan a la cúpula gobernante resulte difícil o complicado preparar unos argumentos de sencilla explicación hablada y escrita para que los inexpertos en materia económica y energética podamos entender y comprender sin demasiadas dificultades esos enrevesados textos divulgativos de los recibos de la luz.

Sospecho que nos tratan de confundir y fundir los plomos para privarnos de la luz, pero, agárrense, no solo de la luz artificial (pueden electrocutarse), sino de las pocas luces que nos quedan para pensar con un mínimo de razonamiento.

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En fin, creo que después de la pandemia, del conflicto bélico de Rusia contra Ucrania, de los desorbitados precios que nos asfixian..., no sé si padezco discalculia, si me he quedado a oscuras mentalmente o si he perdido el juicio. Lo que sí tengo claro es que no quisiera que los tiritones invernales helaran y anularan la poca luz que le queda a mis entendederas.

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