Ambición y firmeza para el futuro
A punto de terminar 2019, toca hacer balance tras una intensa actividad en multitud de frentes. A Croem le compete por mandato estatutario defender a la empresa y a los intereses de su territorio, en este caso nuestra querida Región de Murcia. Los empresarios hemos avanzado en materias clave para la competitividad, como el acceso a una financiación ajustada a nuestras necesidades; el impulso a la digitalización y la innovación; y las demandas continuas en materia de simplificación administrativa, cuestión que seguirá siendo prioritaria para no perder terreno respecto a otras regiones y evitar que algunos proyectos, como ha sucedido en el pasado, se desarrollen en provincias vecinas y no en la nuestra por culpa de una burocracia exasperante.
Después de propiciar dos leyes, la de simplificación administrativa y la de aceleración empresarial, es urgente tramitar la tercera y definitiva que incluya la creación de un ente pensado para agilizar los expedientes colapsados por la tramitación medioambiental.
Al mismo tiempo reivindicamos el apoyo a la inversión productiva como garantía última del progreso y del desarrollo de una región que, sin perder de vista la aportación de uno de sus puntos fuertes, la industria agroalimentaria, debe seguir avanzando en la diversificación de su tejido productivo. En este sentido, el turismo es una apuesta ganadora y sobre él habría que volcar muchos más esfuerzos, pero sin olvidar la potencia de nuestro sector exportador y la incertidumbre que sobre él se cierne si se sigue cuestionando de manera tan radical el trasvase Tajo-Segura. No vamos a tener aliados en el actual Gobierno de España, a la vista de la reciente decisión de la ministra del ramo de desautorizar irresponsablemente y por segunda vez consecutiva el agua destinada a riego. Las continuas manifestaciones en contra del trasvase del Gobierno manchego solo contribuyen a generar más crispación.
En Croem seguimos poniendo el acento en la modernización de nuestras infraestructuras, el gran caballo de batalla de una región que nunca podrá ganar con garantías el futuro sin gozar de una movilidad propia de este siglo. Los murcianos hemos sido hasta ahora unos supervivientes. Hemos sabido buscarnos la vida para ir a las grandes capitales españolas y del resto del mundo, pero es momento de rentabilizar de manera integral una gran inversión como es un aeropuerto y, desde luego, demandar que se cumplan los tiempos con la Alta Velocidad. Sin esta no será posible la ejecución del Corredor Mediterráneo, la optimización de las zonas de actividades logísticas previstas en Cartagena y Murcia o el proyecto de El Gorguel. No es poca cosa lo que estoy apuntando y seguiremos en esa dirección.
Todas estas cuestiones, más otras muchas que configurarán la Región de Murcia del siglo XXI, deberían quedar concretadas en el nuevo Plan Estratégico que defina el camino a seguir. Y tiene que ser un plan de máximos, muy ambicioso, y con un horizonte temporal más lejano. Un plan expuesto en términos de rentabilidad de las inversiones y de eficiencia en las medidas. Que subraye la suficiencia de nuestra región, pero sin renunciar a actualizar una financiación ahora injusta y alejada de la realidad regional, además de requerir una menor fiscalidad.
Un plan estratégico que impulse las energías renovables, la economía circular, la innovación y la industria como generadores de actividad de gran valor añadido, de riqueza y, por supuesto, de empleo de calidad. En el que se potencie la formación, y más en concreto la dual, como clave para formar y retener el talento, que en esta región es mucho. Y, como antes comentaba, que reivindique el turismo como motor económico. La Región no está conectada como merece y tampoco se promociona de acuerdo con sus potencialidades y sus virtudes. De hacerlo bien dependerá que se convierta en destino atractivo para las personas y las cadenas hoteleras. No es de recibo que Alicante o Almería nos lleven tantísima distancia en plazas hoteleras y en otras muchas cosas.
Es por ello que Croem propondrá de inmediato la creación urgente de la Mesa del Turismo, desde donde se potencie, con la participación de todos, la Región de Murcia en su conjunto. Esta mesa servirá también para revalorizar nuestro denostado Mar Menor, convirtiéndolo en objetivo prioritario en las actuaciones de los gobiernos regional y nacional y evitando la demonización de ningún sector productivo.
Falta ambición y la vamos a exigir. Hay que estar a la altura del momento. El panorama político no apunta a la estabilidad precisamente, con todo lo que ello conlleva para la actividad empresarial. Pero eso no puede detenernos. Más bien al contrario, debemos ser los empresarios, siempre en colaboración con un Gobierno que respete la unidad de mercado y del Estado, los que exijamos que se detenga cualquier intento de desestabilización territorial y, por el contrario, se avance en una España más equilibrada y más solidaria.
Ahora estamos recorriendo el camino justo al contrario y espero que la sociedad murciana, y la española en su conjunto, no lo consientan. Para ello, creo importante que los partidos políticos ofrezcan una imagen de responsabilidad y unidad en defensa del interés general, cosa que no está sucediendo hasta el momento. Feliz 2020.