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Veritas vincit

El conde y los bosques

Mi pena por el daño humano es inmensa, pero no menor es mi preocupación por la actitud de ciertos políticos, siempre dispuestos a aprovechar cada tragedia para arañar réditos electorales

Lunes, 1 de septiembre 2025, 00:25

Décadas de los sesenta y setenta. En pleno franquismo, el Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona) trabajaba intensamente para cuidar nuestros montes ... y bosques fueran del conde o de cualquier otro propietario. Para motivar la colaboración ciudadana en prevención de siniestros el organismo lanza una campaña publicitaria con un sugestivo lema: «Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema». La iniciativa es un éxito pero en esta España nuestra, tan hermosa como celtibérica, todo acaba por recibir su dosis de ironía: un año después, El Perich, conocido humorista gráfico, estampa en la portada de su libro 'Autopista' la misma frase de la campaña a la que añade una coletilla muy 'bordesica': «Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema, señor conde». La ocurrencia corre como la pólvora por tertulias, medios, corrillos y mentideros como una manera de señalar que el fuego sólo era problema de la nobleza latifundista, propietaria en aquellos años de la gran mayoría de los bosques españoles.

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