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Mar Zamora recolecta junto a su perro trufa negra ('Tuber melanosporum') en la Región.

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Mar Zamora recolecta junto a su perro trufa negra ('Tuber melanosporum') en la Región. MAR ZAMORA

Comienza la 'primavera' en el reino de los hongos

Con las lluvias otoñales, bosques, praderas y riberas de la Región se visten de fiesta gracias a la gran variedad de setas

MAR ZAMORA SANZ

Martes, 23 de octubre 2018, 22:39

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El sector biogeográfico de la Región (suelo, clima, vegetación...) no se caracteriza precisamente por ser un territorio forestal potencialmente productivo para el desarrollo de actividades relacionadas con la micología. Pero hoy, en Murcia, el bosque y los campos están de fiesta. Sierra Espuña, el Noroeste, nuestro majal... parecen preparados para celebrar un Halloween lleno de sorpresas, donde los aquelarres dejan sus huellas en forma de corros, brujas con sombreros blancos que atrapan los sueños de los más pequeños y buscan esconderse de los mayores.

En ambientes semiáridos como el de la Región, solo se puede disfrutar de este espectáculo muy de vez en cuando y, quizás por esto, se le añade algo más de misterio, sorpresa y magia a cada otoño que se presenta lluvioso, tranquilo y fresco.

En cifras

  • 1,5 millones de especies distintas de hongos es la cantidad que estiman los micólogos que existen.

  • 72.000 especies de hongos han sido descritas hasta la fecha, aunque cada año se registran unas 1.500 nuevas.

Murcia, como otras comunidades autónomas del sur peninsular, posee una escasa tradición micológica e incluso, por lo general, existe un rechazo o fobia hacia las setas, ya que se relaciona su aparición con misteriosas leyendas, como si de un bosque encantado se tratara.

Las actividades micológicas han sido una herramienta de desarrollo rural, pero hay que regular su práctica para no poner en peligro la supervivencia de los hongos

Existe un potente dualismo en nuestra concepción sobre los hongos: ¿son buenos o malos?, ¿hay que dejarlos, tirarlos o llevárnoslos? Por lo general, no somos una población micófaga, pero ¿quién no se ha deleitado con un arroz con caracoles y níscalos de Moratalla?

Funciones esenciales

El papel fundamental de estos organismos en los bosques y su potencial biotecnológico y forestal va mucho más allá de esta simple dualidad presente en la escasa cultura micológica regional.

Uno de los momentos que más me fascinan cuando salgo a andar, a pasear o a explorar por ambientes no asfaltados ni urbanos es, sin duda, cuando hay suerte y comienza a llover. Ese principio, ese olor a tierra mojada penetrante y calmante que dice que la tierra está viva. Efectivamente, ese olor es producido por minúsculos organismos que viven en el suelo, como es el caso de algunos hongos filamentosos, que producen una sustancia llamada geosmina. Los hongos están presentes en la tierra todo el año, silenciosos, esperando ese momento para dar lugar a una fiesta de olores, colores y funciones esenciales para la vida de los ecosistemas.

Las especies del reino Fungi conforman el 'internet de los bosques' una red de redes oculta y con una función ecosistémica esencial

¿Por qué solo se puede disfrutar de las setas en determinadas épocas del año? ¿Dónde se encuentran los hongos durante el resto de meses que no los vemos?

Las setas son solo la parte del hongo que se deja ver cuando este está en pleno proceso de reproducción. Es como la flor de un árbol o una hierba, que en determinadas épocas podemos disfrutar. Y ese árbol sería el hongo, que normalmente vive en el interior de un sustrato: en la tierra, en restos vegetales o animales, en el agua dulce o salada o incluso dentro de organismos vivos como nosotros.

En realidad, solo una pequeña parte de estos organismos desarrollan esos cuerpos fructíferos, esos aparatos reproductores que permiten observarlos cuando fructifican y que se conocen como setas; o, si se esconden bajo el suelo, refugiándose de un ambiente realmente inhóspito, reciben el nombre de trufas, como las que, en primavera, se buscan en la Región con gran interés bajo tierra: las trufas del desierto.

Un recurso obviado

Hasta finales del siglo XX, los recursos micológicos, al igual que los geológicos y los marinos, pasaron desapercibidos en los círculos técnicos y conservacionistas, de forma que cuando se hablaba de medio natural solo se hacía referencia a los recursos florísticos o faunísticos, dejando a un lado la importancia de este gran desconocido grupo de organismos.

Actualmente, este desconocimiento y rechazo por parte de nuestra sociedad va dando paso a una nueva cultura micológica, para cuyo disfrute se hace necesario escapar del mundo urbano en el tiempo libre, adentrarse y probar lo desconocido, rodeados de naturaleza y evadiéndose, aunque sea por unos días, del asfalto y las prisas.

Vega, la hija de la autora de este reportaje, muestra una 'Amanita ovoidea' recolectada en el campo. M. Zamora

El micoturismo es una buena alternativa y la prueba está en la presencia, durante el otoño, de familias o grupos de amigos que se internan en los bosques equipados con cestas en busca de tan preciado recurso. Estas actividades micológicas han supuesto una herramienta de desarrollo rural en muchas localidades del entorno social, permitiendo un ingreso extra para subsistir en una economía rural cada vez más desfavorecida.

Pero el aprovechamiento micológico también está teniendo consecuencias negativas: un abuso y mala recolección de las especies fúngicas, un elevado número de intoxicaciones por el desconocimiento de especies venenosas, la desaparición o el peligro de extinción de especies amenazadas con la consiguiente pérdida de diversidad y valores naturales o, lo que es lo mismo, una mala gestión del recurso por falta de información y valoración de los hongos entre la población. Por todo ello, si no se adoptan las medidas necesarias acabarán peligrando no solo estas actividades sino también los organismos que permiten llevarlas a cabo: los hongos.

Un reino inabarcable

Además de llegar a increíbles dimensiones, los hongos, lejos de ser un grupo pequeño, forman el segundo grupo con mayor número de especies entre los seres vivos, después de los insectos. En concreto, en España se han catalogado cerca de 2.000 especies de hongos productores de setas y este número va en aumento.

Además, se estima que existen cerca de 1,5 millones de especies de hongos en el mundo, de las cuales solo se conocen unas 72.000; aunque, cada año se registran cerca de 1.500 nuevas especies. Los hongos son uno de los grupos biológicos menos conocido e incluidos actualmente en el reino Fungi.

No es de extrañar que, al ser tantos, estos organismos posean mecanismos de reproducción, nutrición y relación muy diversos y complejos, muchos de los cuales siguen siendo objeto de investigación.

Papel clave en los ecosistemas

¿Por qué cuando queremos buscar níscalos nos tenemos que internar en un pinar? ¿Por qué en encinares o en praderas no se desarrollan? ¿Por qué hay hongos que salen en los troncos de arboles y otros en el suelo?

Los hongos manifiestan una versatilidad increíble, ocupando la mayor parte de los ecosistemas que existen en la naturaleza, en cada uno de los cuales juegan un papel diferente y fundamental. De hecho, sin su presencia sería imposible hablar de ecosistema.

¿Sabían que si no existieran los hongos no podríamos disfrutar de un agradable paseo por el campo o por el bosque? Sería una misión imposible, estaría todo cubierto de esqueletos, restos de animales y restos de vegetales que nos impedirían caminar. Además de esto, los hongos conforman el 'internet de los bosques', una red de redes oculta que ya el querido catedrático Mario Honrubia exaltaba como una función ecosistémica esencial allá donde iba. No solo permite conectar y nutrir los vegetales de una población forestal natural, sino que su estudio y aplicación ha permitido cultivar la salvaje trufa negra, el diamante negro del Mediterráneo, o desarrollar la tecnología para domar las trufas del desierto, de las que tanto queda por apreciar y de la que Mario dejó su mejor fruto a esta tierra, como una alternativa para el cultivo de sistemas agrícolas más sostenibles y productivos.

Muchas setas y trufas son órganos seductores para insectos y otros animales que llegan atraídos por colores, formas o dulces olores con una función puramente sexual para el hongo. El éxito reproductor de una especie asegurará su éxito evolutivo y este es el motor de la diversidad entre especies de un mismo grupo de organismos, como son los hongos.

Pies azules, níscalos, rúsulas, bojines, cangarrias, orejones, rompe piedras, amanitas, cuescos de lobo, champiñones, porras, orejas, turmas, barbudas, sombrillas, lepiotas, pies de perdiz o setas de chopo, son manjares y venenos ante la mirada inexperta de quien no las conoce y objeto de la recolección del que las aprovecha. Se deben adquirir buenas prácticas y dirigir los actos de la población para salvaguardar su belleza.

Un enorme legado que verá la luz en un atlas regional

Mario Honrubia LV

En la Región de Murcia, por muy esporádica que sea la producción micológica, asombra la enorme riqueza en cuanto a la diversidad fúngica que alberga, tal que es digna de citarse a nivel global. Por esta razón, la Administración regional ha dado un paso adelante y está a punto de sacar a la luz el 'Atlas Micológico de la Región de Murcia', «un trabajo extenso que desarrolló Mario Honrubia a lo largo de su vida académica y que dejó como legado de su enorme conocimiento del reino Fungi, y en el que he tenido el honor de participar junto con Asun Morte y Almudena Gutiérrez, y otros colaboradores que tanto cariño, aprecio y reconocimiento sentimos hacia este gran micólogo, profesor y amigo», explica Mar Zamora.

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