Los cetreros, aliados contra las plagas
El pionero del uso de aves de presa para la navegación segura en aeropuertos despeja San Javier desde 1995
Félix Rodríguez de la Fuente explicó la cetrería como «la primera vez en que el hombre no sometió al animal al yugo y al látigo»,y precisamente de su mano Jesús Brizuela Martínez y Rafael García Humanes, los cetreros en activo más veteranos, fueron los primeros que garantizaron la seguridad de los despegues de los aviones en una base militar (Torrejón, en 1968) y un aeropuerto (Barajas, hoy Adolfo Suárez, en 1970), despejando de aves el campo de vuelo; «entonces eran sisones, hoy en franca decadencia», cuenta Jesús. Hoy, la empresa de Jesús Brizuela se hace cargo de estas labores, generalizadas en la práctica totalidad de los aeropuertos, en la Academia General del Aire y el Aeropuerto de San Javier, entre otros campos de vuelo.
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«Nuestro trabajo no consiste en eliminar las aves, sino en introducir en un biotipo determinado un superpredador que altere ese hábitat». O, para que todos los entendamos, «volamos todos los días, por la mañana y por la tarde, los halcones -tienen 15 en San Javier- para ahuyentar a las aves, en este caso gaviotas; piensan que los halcones viven ahí y no se acercan a las pistas, dejándolas libres para los aviones», explica su hijo Fernando Brizuela, digno heredero de la tradición familiar y encargado de hacer lo propio en Alicante y Morón de la Frontera. Son su hermano Juan Ignacio Brizuela y Javier Caravaca los halconeros del aeródromo murciano y quienes controlan la alimentación y el peso ideal de sus aves, además de los entrenamientos, para que sigan realizando su función con eficacia y éxito.
Pero, además, «el noble arte de la cetrería también se utiliza para despejar los campos de fútbol de palomas, los campos de golf de conejos, los arrozales de estorninos», detalla Fernando. Y Javier Ceballos, instructor de la Federación Madrileña encargado de la formación de los cetreros para el control de las poblaciones de conejos y liebres, cuenta que el control de plagas es otro de los servicios fundamentales de la cetrería, como reconocen desde la Consejería de Medio Ambiente. En estos casos, 'raros' se busca el exterminio. Por ejemplo, cuenta Ceballos, «en la Comunidad de Madrid se han declarado más de 700 casos de leishmaniasis en humanos, un brote activo desde 2012, por el que se ha declarado una comarca de emergencia cinegética y son los cetreros de la Federación Madrileña de Caza los encargados de erradicar a los conejos y liebres, que son reservorios de la enfermedad durante el invierno -periodo en el que los mosquitos, vector de transmisión, mueren-», detalla el experto cetrero. Así, en el caso de la Región, cuentan desde Medio Ambiente, mediante cetrería «se controlan plagas de palomas y tórtolas turcas en las granjas de cerdos, ya que suponen un problema sanitario porque transmiten enfermedades cuando comen y beben en las instalaciones porcinas», ponen como ejemplo.
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