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Sólidos flotan en el mar, durante la erupción submarina de El Hierro que causó terremotos.
Creando terremotos

Creando terremotos

La crisis volcánica que en 2011 afectó a la isla de El Hierro reveló la falta de información a la hora de evaluar y gestionar el riesgo de la situación y elaborar un plan volcánico.

MARIBEL MARTÍNEZ

Viernes, 17 de junio 2016, 09:39

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Científicos simulan movimientos sísmicos en islas volcánicas para saber cómo se comportaría su estructura interna en uno real

La crisis volcánica que en 2011 afectó a la isla de El Hierro reveló la falta de información a la hora de evaluar y gestionar el riesgo de la situación y elaborar un plan volcánico. Resultaba imposible predecir cómo podía afectar a los habitantes de la isla. «Muchos de los volcanes activos más grandes del planeta, como el Etna, cuentan con imágenes en 3D de su estructura que ayudan a interpretar los fenómenos que les afectan y cómo se comportan durante una crisis», aclara Janire Prudencio, geofísica de la Universidad de Granada.

Es clave que estos modelos se realicen en medio de un proceso de este tipo. Sin embargo, no en todos los volcanes se producen suficientes movimientos sísmicos para constatar cómo se comportan las islas, o se disponen de los medios para captar los movimientos. Por eso es necesario 'crearlos'. «Hasta no hace mucho, se generaban explosiones químicas en tierra y se registraban en una docena de estaciones sísmicas. Pero no son suficientes para obtener imágenes claras», explica Prudencio.

Los avances tecnológicos han permitido desarrollar experimentos a gran escala que, gracias a cañones de aire comprimido, permiten que el hombre provoque terremotos controlados. Estos movimientos los detectan una serie de estaciones sísmicas y, mediante la técnica tomográfica, se obtienen imágenes de alta calidad. «Los cañones se accionan juntos para que alcancen una potencia suficiente para que las ondas puedan ser registradas. Normalmente se utiliza una configuración de seis separados por unos 2,5 metros».

Los cañones se disparan desde un buque oceanográfico que surca la zona durante los días del experimento. Así se hizo en Tenerife. En 2007, investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica llevaron a cabo este experimento mientras el 'Hespérides' bordeaba la isla. «Las estaciones estaban distribuidas de forma heterogénea, lo más lejos posible de la zona habitada para que el 'ruido humano' no contaminara las imágenes».

Fauna marina

Un gran despliegue que, sin embargo, no afecta a los habitantes de la isla. «No se conoce ningún caso en que hayan percibido vibraciones. Aunque las explosiones que nos sirven para hacer nuestros estudios, no alcanzan la potencia de los sismos», aclara la científica. Con lo que hay que tener más cuidado es con la fauna marina. «Es necesario certificar mediante estudios que las explosiones no van a causar ningún trastorno a los animales de la zona».

Si los cada vez más ajustados presupuestos no lo impiden, Prudencio participará en la primavera de 2014 en un programa de simulación sísmica en Sicilia. «Al principio se iba a restringir al Etna, pero creemos que se podrá ampliar a toda la isla e incluir las Eolias, con el Stromboli y Vulcano», adelanta.

Aunque el objetivo es conocer la estructura de la isla, los datos que se obtienen pueden tener otras aplicaciones. «En mi caso, en estudios de atenuación sísmica». Gracias al experimento en Tenerife, además, se pudo confirmar que si se produjera una crisis sísmica, sería «muy poco probable que el Teide entrara en erupción. Aunque también sabemos que, si en un futuro lo hiciera, sería muy peligroso. Todo esto lo hemos aprendido gracias al conocimiento de la estructura interna de la isla. Cuanta más información tengamos, más fácil será anticiparnos a lo que pueda suceder».

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