La proliferación de especies pirófitas enfrenta a los gallegos

El coordinador del grupo local de SEO/BirdLife en Pontevedra, Gustavo Ferreiro, asegura que a las condiciones climáticas favorables para la propagación de los incendios, que facilita que su voracidad y agresividad, se suman «las escasas medidas de prevención y políticas forestales negativas que permiten el abuso de monocultivos forestales de pinos y de eucaliptos», opina Ferreiro. Agustín Moreno, profesor de Restauración de Espacios Degradados de la Universidad de Santiago, también recuerda que en Galicia y Asturias se han sustituido los árboles tradicionales, roble y castaño sobre todo, por otras especies como el eucalipto y el pino, que a diferencia de las anteriores, dejan pasar la luz, de manera que crean maleza en su parte inferior, que arde con facilidad. Y Pedro Álvarez, profesor del Área de Ingeniería Agroforestal de la Universidad de Oviedo, recuerda que el modelo forestal se ha basado en especies de crecimiento rápido y que «tenemos que ir a sistemas agroforestales diversos para minimizar el impacto, con presencia de animales, y que exista una gestión y planificación a mayor escala».

Precisamente, este es el origen de un conflicto que enfrenta a propietarios de terrenos forestales explotados para la industria maderera y a ecologistas, que el pasado domingo tenían convocada una manifestación en Santiago para evitar la aplicación de la que llaman la 'ley de depredación' de Galicia, aprobada por el Parlamento gallego la semana pasada, con los votos a favor del PP, y que, en opinión de sus detractores, favorece la proliferación de especies pirófitas, de fácil y rápida combustión, como el eucalipto, que ya ocupa un 15% del territorio gallego y amenaza el bosque atlántico.

La manifestación tenía como objetivo inicial, según los convocantes (la Plataforma Galega contra a Lei de Depredación), manifestar el rechazo hacia esta norma. Finalmente, los sucesos de la semana pasada convirtieron la protesta masiva -unas 10.00 personas, según los organizadores- en una crítica a la gestión de la última ola de incendios por parte de la Xunta.

Los empresarios madereros, por su parte, defienden su derecho a sacar rentabilidad de sus terrenos forestales y aprovechar el rápido crecimiento de esta especie de origen australiano en su beneficio.